En el reporte de ayer del Ministerio de Salud se informó de un total de 98 víctimas fatales a consecuencia de complicaciones por COVID-19, cifra con la que Paraguay está llegando a las casi 6.000 muertes a consecuencia de este mal, pero algunas personas siguen incrédulas y violan todas las restricciones sanitarias como el caso de las 12 personas demoradas en una fiesta clandestina en Luque.
Este fin de semana, las “farras” no mermaron por preocupación por las alarmantes cifras de muertes; al contrario, varias personas siguieron concentrándose para ingerir alcohol, escuchar música en compañía de varias personas sin importar la aglomeración. Por lo que la Policía Nacional desarrolló varias intervenciones en las que se pararon las fiestas clandestinas y demoraron a las personas involucradas.
Uno de esos procedimientos policiales se realizó en la madrugada de hoy en el barrio San Carlos de Luque, en donde fueron demoradas un total de 12 personas por participar de una fiesta clandestina en una vivienda particular. También se incautaron de motocicletas y un automóvil.
“Realizamos una intervención por aglomeración de personas en un domicilio particular, en donde se realizó un fiesta clandestina. Aproximadamente a las 3:00 de la madrugada seguían farreando y se procedió a la aprehensión de 12 personas, entre ellas un menor de edad. Así también, se realizó la incautación de cinco motocicletas y un vehículo. Los dueños de las motocicletas, al percatarse de la presencia policial, se dieron a la fuga”, manifestó el suboficial 2º Rodolfo Agüero en comunicación con GEN.
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Ninguno de los demorados pudo justificar su presencia en el domicilio, donde se podía evidenciar que se encontraban en una pequeña fiesta con altas cantidades de alcohol de por medio. También opusieron resistencia al personal policial en todo momento de la intervención.
Por la situación sanitaria a nivel mundial, los encuentros clandestinos con aglomeración de personas están totalmente prohibidos, atendiendo que pueden significar focos de contagios del COVID-19 que se podrían multiplicar, ya que cada uno de los participantes lleva el virus a su domicilio y podría contagiar a los integrantes de la familia.
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