Por: Micaela Cattáneo
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Hasta la fecha, ninguno de estos dos países de Centroamérica ha registrado casos de Covid – 19, sin embargo, en ambos, el protocolo de actuación ante el posible ingreso de la enfermedad es distinto. Mientras El Salvador aplica medidas preventivas, el gobierno nicaragüense organiza actividades de participación masiva.
En contacto con La Nación, la periodista Carmen Valeria Escobar de la Revista GatoEncerrado de El Salvador relató cuáles fueron los protocolos adoptados por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al coronavirus como pandemia.
“Desde el martes pasado, nuestro presidente cerró las fronteras para todos los extranjeros no residentes, y cualquier salvadoreño que viniera del extranjero debe de pasar obligatoriamente por una cuarentena para evitar que el virus se propague. Hasta la fecha ya hicieron las primeras pruebas PCR a las personas que vinieron y todas han dado negativo, pero igual van a tener que quedarse en cuarentena”, explica.
Actualmente, hay 1952 personas en cuarentena distribuidas en los centros establecidos para este tipo de aislamiento. “Hay 42 centros de cuarentena, divididos en todo el territorio salvadoreño, donde está llegando el personal de salud para atenderlos. La mayoría de estos son hoteles que se han puesto a disposición del gobierno y a los cuales les han pagado sumatorias simbólicas”, señala.
Además del cierre de fronteras para extranjeros, desde este martes ha prohibido el arribo de vuelos internacionales por 2 semanas, lo que significa que los salvadoreños que deben volver al país solo podrán llegar por vía terrestre. “La gente tiene muchísimo miedo aquí porque Nayib ha sido muy claro con que ha intentado contenerlo. Es muy probable que las personas que vinieron con los vuelos antes de este martes, ya hayan ingresado con el virus”, cuenta Escobar.
“Es por eso que el martes de la semana que viene va a ser una fecha muy importante para nosotros, porque se cumplirán los 14 días en los que empieza a manifestarse el virus. Si pasamos esa fecha sin casos confirmados, va a ser un gran alivio porque por lo menos las personas que lograron entrar al país, no lo tienen”, agrega.
Además, el presidente Nayib Bukele suspendió las actividades educativas por 30 días, cerró bares, gimnasios, restaurantes y discotecas, prohibió los eventos que impliquen la reunión de más de 75 personas – con excepción de los lugares de trabajo - y solicitó que los mayores de 60 años, mujeres embarazadas y pacientes con enfermedades respiratorias hagan home office.
Nicaragua, sin casos pero sin medidas preventivas
“La única medida que se está tomando en Nicaragua es que no hay medidas”, comenta la periodista nicaragüense Anagilmara Vilchez. “El gobierno en lugar de establecer alguna especie de cuarentena o instar a la población a lavarse las manos, lo que hace es promover actividades masivas. De cara a la Semana Santa, está organizando 80 eventos turísticos que implican aglomeración de personas, además de marchas y caminatas”, asegura la profesional.
La directora de Vigilancia para la Salud, Dra. Martha Reyes, manifestó que continuarán con los controles en los puntos de entrada y en las unidades de salud “con el objetivo de de establecer una captación oportuna de los primeros casos sospechosos para asegurar la disminución de la transmisión de esta enfermedad, una vez que se presente en nuestro país”, declaró. Asimismo, remarcó que están capacitando en atención al personal de salud tanto público como privado.
Mientras los sectores de la sociedad civil están tomando sus propias medidas para prevenir el Covid-19, la Ministra de Salud Dra. Carolina Dávila Murillo firma un documento que confirma que Nicaragua no establecerá ningún tipo de cuarentena, comunicado que se da en sintonía con la falta de acciones ante la pandemia por parte del presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
Cabe resaltar que Nicaragua atraviesa una crisis socio-política desde el 18 de abril del 2018, día en que el gobierno de Ortega – Murillo reprimió a un grupo de manifestantes que reclamaban las reformas al sistema de seguro social y que, desde entonces, ha generado – además de muertes – una fuerte crisis económica en el país de los volcanes.
“La gente está empezando a cuidarse aunque el gobierno no diga nada o no dé orientaciones sobre el tema”, indica la colega nicaragüense.