El freno del contagio de covid-19 es clave para la economía de Paraguay, que sigue luchando con la segunda ola en medio de un lento avance de la campaña de vacunación, señala el informe de Itaú, Escenario Macro Paraguay.
“La campaña de vacunación sigue siendo lenta, solo el 5% de la población ha recibido al menos una dosis. La lenta campaña de vacunación está asociada a un retraso en las entregas de la vacuna covid-19 (hasta el momento las autoridades recibieron cerca de 1 millón de dosis)”, agrega.
El reporte bancario mensual menciona que las restricciones de movilidad afectan las perspectivas de actividad. La entidad mantiene su pronóstico por ahora. “Esperamos un crecimiento del PIB del 3,5% para el 2021, respaldado por un arrastre estadístico positivo y mejores términos de intercambio (precios más altos de la soja). El alto contagio de covid- 19 y una lenta campaña de vacunación son factores que impiden que la economía paraguaya se beneficie de un entorno externo más benigno (incluido un crecimiento más fuerte en Brasil)”, añade el informe.
Los analistas realizaron un ajuste en sus pronósticos de inflación para este año a 3,5% (en comparación con el escenario anterior de 3,0%), lo que refleja la presión alcista de los precios de la energía y las materias primas, que esperan se mitigue con una brecha de producción aún negativa.
Para el 2021, esperan que el saldo comercial y de cuenta corriente sea de US$ 2,3 mil millones y 3,7% del PIB, respectivamente, apoyados por los altos precios de la soja. “Nuestro pronóstico de la moneda para fines del año 2021 se estima en G. 6.700 por dólar. Observamos que, dados los precios más altos de las materias primas, la liquidación de las exportaciones probablemente respaldará la dinámica de la moneda en el corto plazo, compensando la debilidad del comercio fronterizo”, explican.
Itaú, por otro lado, espera que el BCP comience a subir su tasa de política monetaria durante el último trimestre del 2021 (con dos alzas de tasas de 25 pb), en caso de que la brecha del producto comience a reducirse más claramente. Finalmente, pronostican un déficit fiscal de 4,0% del PIB este año, apoyado por la recuperación económica y un menor estímulo fiscal asociado al brote.