El mes de abril parece haber marcado un punto de inflexión a partir del cual las cotizaciones de los principales productos básicos de exportación de América Latina y el Caribe”,observaron cierta recuperación. Los países andinos y, en menor medida los caribeños, continúan siendo los más afectados por la retracción de precios, señala un nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El reporte se denomina “Impacto del covid-19 en el comercio exterior, las inversiones y la integración en América Latina y el Caribe, donde se resalta principalmente que el 37% de las empresas latinoamericanas esperan incrementar sus ventas al mundo en el próximo año.
En mayo, las ventas de la región a los tres principales mercados –que representan alrededor de 70% de las exportaciones totales de la región– continuaron cayendo. Sin embargo, mientras las exportaciones de Latam a EEUU se contrajeron 50,4%, las destinadas a la UE retrocedieron 27,9%, en tanto que las dirigidas a China lo hicieron un 15,5%.
Entre enero y mayo las importaciones de EEUU desde Latinoamérica se retrajeron 21,3% interanual. La subregión más afectada fue Sudamérica donde la caída fue de 26,6%, mayormente explicada por el derrumbe del precio del petróleo. Las compras a México, principal socio de EEUU en la región, disminuyeron 20,7% (la mitad explicada por los vehículos). En el Caribe y Centroamérica las contracciones fueron de 18,3% y 12,9%, respectivamente, con un fuerte aporte negativo de las confecciones textiles en ambos casos.
En los primeros cinco meses del año, el impacto de la pandemia sobre la balanza comercial de los países de América Latina fue dispar: de una muestra de 16 economías, 11 vieron mejorar su saldo, en tanto que 5 (Brasil, Colombia, México, Perú y Uruguay) observaron un peor resultado relativo. Dicho de otro modo, las importaciones caen más que las exportaciones en la mayor parte de los países de la región, salvo en los cinco casos mencionados.
El indicador, construido a partir de la información del Google Mobility Report y ponderado según la estructura de clientes de cada economía, muestra que desde mediados de junio se detuvo la tendencia hacia la recuperación de la actividad que venía observándose desde mayo.