El papa Francisco pidió perdón a los fieles de la ciudad chilena de Osorno, en un intento por reconciliar a la comunidad católica profundamente dividida por la designación del obispo Juan Barros, acusado de encubrir actos de pederastia, en un mensaje leído el domingo por sus enviados, informó AFP.

El obispo Charles Scicluna y monseñor Jordi Bertomeu llegaron por segunda vez en el año a esta ciudad, la más golpeada por el escándalo protagonizado por su ex obispo Barros, acusado de encubrir los abusos sexuales cometidos por el influyente sacerdote chileno Fernando Karadima. El caso provocó una grave crisis en la iglesia chilena y el pontífice intenta ponerle fin.

El papa Francisco me ha encargado pedir perdón a cada uno de los fieles de la diócesis de Osorno y a todos los habitantes de este territorio por haberles herido y ofendido profundamente”, indicó Scicluna de rodillas junto a Bertomeu, durante una misa de ayer en la Catedral San Mateo de Osorno, ubicada a 930 km al sur de Santiago.

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La llegada de Barros a Osorno en marzo del 2015 generó una profunda división entre fieles y miembros del clero que lo apoyaban y otros que rechazaban su designación, tras las acusaciones de que encubrió los abusos cometidos por Karadima en 1980 y 1990. El sacerdote había sido suspendido de por vida por el Vaticano en el 2011 debido a las denuncias.

Francisco, quien defendió a Barros en su primera visita a Chile en enero, decidió aceptar su renuncia el lunes así como la de otros dos obispos chilenos.

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