Cerca de 200 miembros de una controvertida iglesia surcoreana, recuperados del coronavirus, dieron su plasma sanguíneo, una manera de reconciliarse, según ellos, después de que su congregación contribuyera a propagar el virus en febrero en el país.
Los científicos han puesto de relieve el potencial de la transfusión de plasma sanguíneo de personas curadas de COVID-19 a pacientes hospitalizados. Los fieles de la Iglesia Shincheonji de Jesús, considerada una secta para sus detractores, son el mayor número de personas que han sobrevivido al virus.
Estuvieron en el centro del primer brote epidémico en Corea del Sur, con más de 5.000 casos entre sus miembros, según el Centro Coreano de Control y Prevención de las Enfermedades (KCDC).
Su líder, Lee Man-hee, de 88 años, fue arrestado a principios de agosto, acusado de sabotear los esfuerzos para luchar contra la pandemia. En total, más de mil miembros de esta secta deberían donar su plasma sanguíneo. El viernes, unos 160 lo hicieron en un centro de la Cruz Roja de la ciudad de Daegu, que fue el epicentro de la epidemia de febrero a marzo.
En un comunicado, la Iglesia Shincheonji de Jesús pidió disculpas por “haber causado muchos problemas a la población surcoreana” y afirmó que Lee alentaba a sus miembros “que habían expiado sus pecados con la sangre de Jesús” a hacer donaciones.
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“Ahora que el virus se propaga de nuevo, espero que este remedio podrá desarrollarse rápidamente”, afirmó a la AFP Park Mi-kyung, un donante de 56 años, que salió del hospital en marzo.
El viernes, las autoridades surcoreanas informaron de 371 nuevos casos, siguiendo la tendencia de los últimos 15 días, en un aumento significativo de los casos después de que el país registrara durante varias semanas entre 30 y 40 nuevos contagios. La mayoría de los nuevos focos están relacionados con iglesias protestantes de la región de Seúl.
Fuente: AFP.