Entre todas las regiones del mundo, América Latina y el Caribe es la que registra el costo más alto para comprar una dieta que cubra las necesidades energéticas mínimas: US$ 1,06 (casi G. 7.300) por persona al día, según el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2020” (SOFI, por su sigla en inglés).

Esta cifra es un 34 por ciento más cara que el promedio global. En la región, el costo de una dieta saludable, es decir una alimentación que aporte todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana, también es el más alto del mundo, con un valor promedio de US$ 3,98 (G. 27.400) al día por persona.

Dicho valor es 3,3 veces más caro que lo que una persona bajo la línea de pobreza podría gastar en alimentos. Según los ingresos promedio estimados, más de 104 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Leé también: Concepción reporta niña de 2 años con COVID-19

Aumento del hambre

El hambre en América Latina y el Caribe afectó a 47,7 millones de personas en 2019. Se trata del quinto año consecutivo de aumento del hambre. El estudio advierte que la región no alcanzará el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 de la Agenda 2030, hambre cero, al año 2030.

Las proyecciones del SOFI indican que el hambre, considerada como una estimación del número de personas que no consume las calorías suficientes para llevar una vida activa y saludable, afectará a casi 67 millones de personas en 2030, es decir, cerca de 20 millones más que en 2019.

Estas proyecciones no consideran el impacto del COVID-19, por lo que se estima que el hambre será aún más acuciante cuando se contabilicen los efectos de la pandemia sobre la seguridad alimentaria.

Te puede interesar: Ingenieros locales crean prototipos de respiradores artificiales, pero Vigilancia Sanitaria no los evalúa ni certifica su uso

Impacto del COVID-19

“Estamos peor ahora que cuando la región se comprometió con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015. Desde entonces, 9 millones de personas más viven con hambre”, dijo el Representante Regional de la FAO, Julio Berdegué. En términos porcentuales, el hambre afecta actualmente al 7,4 por ciento de la población, y se espera que aumente al 9,5 por ciento al 2030. En América del Sur, la proyección es que el hambre aumentará a 7,7 por ciento, lo que equivale a casi 36 millones de personas.

“Las cifras de hambre en el año 2019 son escalofriantes, como también lo es el pronóstico para el año 2030. Con el impacto de la pandemia del COVID-19 la realidad será peor que la que proyectamos en este estudio. Necesitamos una respuesta extraordinaria de los gobiernos, del sector privado, la sociedad civil y las organizaciones multilaterales”, dijo Berdegué, instando a los países y a todos los sectores a tomar medidas a gran escala para enfrentar el alza del hambre, la inseguridad alimentaria, la pobreza y la malnutrición.

Alerta por la obesidad

El SOFI también alerta sobre el aumento de la obesidad, que constituye un serio problema de salud, ya que incrementa el riesgo de enfermedades no transmisibles, tanto en niños como en adultos. El 7,5 por ciento de los menores de 5 años en la región viven con sobrepeso, cifra significativamente mayor que el promedio mundial, de 5,6 por ciento.

El SOFI es elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (WFP), y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Dejanos tu comentario