En The Villages, Florida, solo pueden residir personas mayores de 55 años. Vienen de todo Estados Unidos para vivir una apacible jubilación, pero las tensiones entre los simpatizantes y los detractores del presidente Donald Trump están quebrando el idilio antes reinante en la ciudad.

Hasta hace unos años, The Villages ocupaba titulares de prensa como una de las ciudades estadounidenses con mayor incidencia de enfermedades de transmisión sexual. Pero eso era en otros tiempos, cuando a los ancianos les preocupaba más conseguir Viagra que el futuro de la democracia.

Hoy día, algo extraño ocurre a los más de 100.000 residentes que se estima viven en esta plácida ciudad del centro de Florida y que se desplazan a todas partes en carritos de golf.

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Insultos, agresiones verbales y físicas e incluso eslóganes racistas a favor del “poder blanco” –en un video retuiteado y luego borrado por Trump– están dejando en evidencia la polarización política que padece el país.

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Un residente, Ed McGinty, tuiteó en junio una foto con la boca sangrante y la leyenda: “Fui atacado hoy por un seguidor de Trump (...) Me dieron un buen puñetazo”. Detalló que el agresor participaba en un desfile de carritos de golf para defender a la policía de las protestas raciales.

“Las tensiones están fuertes aquí”, dice Chris Stanley, presidenta del Club Demócrata de The Villages. “No son nuevas, pero han empeorado mucho con Trump. Y cada año que pasa, es peor”.

Stanley, quien lleva el cabello blanco en una coleta porque no ha ido a la peluquería desde que empezó la pandemia, está supervisando el desfile de más de 200 carritos de golf que recorren el centro de la ciudad en apoyo al candidato demócrata Joe Biden. El desfile es custodiado por la policía. Los ancianos no parecen proclives a protagonizar disturbios, pero ha habido enfrentamientos en el pasado.

“La última vez que hicimos esto nos estuvieron acechando, esperándonos, y nos amenazaron con tirarnos cosas, como clavos para techos, para dañar nuestros carritos de golf”, dice Stanley a la AFP. “Mientras nosotros hacemos cosas por la democracia, ellos hacen cosas antidemocráticas”, acusó.

Una burbuja

Mientras los carritos de golf con carteles pro Biden bordean lentamente la plaza principal, donde en las tardes prepandémicas los ancianos se reunían a bailar country, un grupo de republicanos se congrega en la panadería de la esquina.

A ese grupo pertenece Henrietta Amey, una entusiasta simpatizante de Trump que lleva en la camiseta un cartel luminoso recargable que dice “Mantén América grande”. Señala el desfile demócrata y dice: “Son un montón de perdedores”. Los desfiles republicanos, asegura, suman hasta 3.000 carritos.

Impermeable a las críticas que Trump acumula sobre su supuesto racismo y su gestión de la pandemia, la mujer de 83 años dice que “la economía está muy bien” y que el presidente ha mantenido sus promesas.

“Se ha encargado de la inmigración ilegal. Nos gusta que la gente venga, pero que venga legalmente. Mis padres llegaron de Holanda legalmente y aprendieron el idioma, cariño”, cuenta Amey a una reportera de AFP. Y está de acuerdo en que han aumentado las tensiones, pero lo atribuye a la otra parte. “Algunas mujeres pueden ser muy viciosas y mal habladas”, dice.

Amey forma parte de la mayoría en esta ciudad. The Villages, destino de jubilados de todo el país –nadie nació aquí–, atrae a estadounidenses blancos casi siempre conservadores.

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Según la División de Elecciones de Florida, 57% de los inscritos para votar en el condado de Sumter, donde está The Villages, están afiliados al Partido Republicano.

Para el escritor Andrew Blechman, autor del libro “La ciudad del ocio: aventuras en un mundo sin niños”, sobre su estadía en The Villages, esta ciudad es “un microcosmos de lo que pasa en Estados Unidos”.

El ambiente en general “se ha vuelto cada vez más acalorado y partidista”, dice. Y aquí, “en lugar de consumir todo el viagra que pueden, se están distrayendo por el bipartidismo, igual que el resto del país”.

En una ciudad tan segregada las tensiones son inevitables, añade Blechman, porque sus residentes se sienten atacados por todo lo que amenace la “burbuja” donde viven.

“Viven una fantasía, en un mundo imaginario que representa los Estados Unidos de los años 50 y 60”, explica. “Y todo lo que amenace su burbuja es una provocación”.

Con 14 millones de electores, Florida es un estado “pendular” que suele mantener en vilo al país con elecciones dirimidas por márgenes muy estrechos. Por esto, cada voto cuenta y la pequeña batalla en The Villages es capaz de marcar una diferencia en la consulta del 3 de noviembre.

Fuente: AFP.

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