Londres, Reino Unido | AFP | por Anna CUENCA

Salir de la UE a final de mes es la "prioridad" del gobierno británico, afirmó la reina Isabel II al abrir las sesiones del parlamento el lunes, mientras la negociación de un difícil acuerdo de Brexit entraba en una semana crítica.

"La prioridad de mi gobierno siempre ha sido asegurar la salida del Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre", dijo la monarca en una pomposa ceremonia. Londres "tiene la intención de trabajar hacia una nueva asociación con la Unión Europea, basada en el libre comercio y la cooperación amistosa", agregó leyendo un discurso escrito por el ejecutivo de Boris Johnson.

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Británicos y europeos están enzarzados en la laboriosa negociación de un Tratado de Retirada que "es posible este mes" o "incluso tal vez esta semana", según afirmó el lunes el ministro irlandés de Relaciones Exteriores, Simon Coveney, precisando sin embargo que queda trabajo por hacer.

A falta de un acuerdo, Johnson asegura que prefiere "estar muerto en una zanja" a pedir otro aplazamiento.

"No puedo creer en toda conciencia que ese sea el camino correcto para este país", reiteró el primer ministro ante el parlamento después de que Isabel II presentase el programa legislativo de su ejecutivo, en el poder desde finales de julio.

Este marca un endurecimiento en materia de seguridad e inmigración, sin embargo podría tener un muy corto recorrido dada la incertidumbre que rodea al Brexit y la previsible convocatoria de elecciones anticipadas en los próximos meses ya que el gobierno está en minoría desde la rebelión en septiembre de 21 diputados conservadores.

El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, calificó el ejercicio como la "farsa" de un ejecutivo "que establece una agenda legislativa que sabe que no puede ser aprobada en el parlamento".

Los diputados, que comenzaron inmediatamente a debatir el programa, deben votarlo la próxima semana y una nueva derrota de Johnson, aunque no le obligaría a dimitir lo dejaría aún más magullado tras sufrir siete reveses consecutivos en el parlamento.

Convencer a los diputados

Aprobado en referéndum por 52% de votos en 2016, el Brexit debía realizarse el pasado marzo. Pero el reiterado rechazo del parlamento al acuerdo negociado por la anterior primera ministra Theresa May, provocó dos aplazamientos.

Johnson presentó la semana pasada una propuesta con la que busca modificar su punto más conflictivo: cómo mantener abierta la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la vecina Irlanda -país miembro de la UE- para no amenazar el frágil acuerdo de paz que en 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto.

Pero, el domingo tras un fin de semana de intensas negociaciones, Londres y Bruselas se mostraron prudentes de cara a la cumbre europea del jueves y viernes, presentada como la de la última oportunidad para este caótico proceso que dura ya más de tres años y sumió al Reino Unido en una profunda crisis política.

En este contexto, el anuncio el lunes por el ministro de Finanzas, Sajid Javid, de que el 6 de noviembre presentará su "primer presupuesto" posbrexit despertó escepticismo.

Johnson prometió que el país saldrá de la UE a final de mes "cueste lo que cueste", pese a una ley que le obliga a solicitar un nuevo aplazamiento si el sábado no ha logrado un tratado con Bruselas o la más que improbable luz verde del parlamento para un Brexit brutal.

El lunes proseguían las conversaciones entre británicos y europeos. Los otros 27 líderes de la UE querrían llegar a la cumbre con una propuesta completa para poder votarla.

Pocos detalles se filtraron sobre las concesiones que Johnson habría aceptado hacer frente a su homólogo irlandés, Leo Varadkar.

Sin embargo, si estas implican que Irlanda del Norte tenga un tratamiento diferente a nivel aduanero al resto del país es muy posible que el acuerdo sea rechazado por el partido unionista norirlandés DUP, aliado clave de Johnson, cuando se presente a la votación de los diputados británicos.

Independientemente del resultado de la cumbre europea, el ejecutivo convocó excepcionalmente al parlamento el día 19. Será el primer sábado que se reúna en 37 años y el quinto desde 1939. La última sesión parlamentaria en fin de semana tuvo lugar el 3 de abril de 1982, tras la invasión argentina de las islas Malvinas.

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