Buenos Aires, Argentina | AFP

Un empresario admitió haber pagado “aportes para las campañas” electorales durante los gobiernos kirchneristas en Argentina (2003-2015) y pidió testimoniar ante la justicia como “arrepentido”, en el marco de la causa por supuestos sobornos para la obra pública durante ese período, que sacudió a la política del país esta semana.

Tras entregarse el viernes y quedar detenido, Juan Carlos de Goycoechea, exresponsable en Argentina del grupo constructor y energético español Isolux Corsan, pidió ingresar en el programa de protección de 'imputados-colaboradores' al admitir que había pagado sobornos.

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Según fuentes judiciales citadas por la prensa argentina, el empresario dijo que desde el Ministerio de Planificación --encargado de la obra pública durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner-- "había aprietes (presiones) para aportar a las campañas" electorales.

Sin embargo, aseguró que los montos eran muy inferiores a los 12,8 millones de dólares que le imputó en la causa el juez Claudio Bonadio.

De Goycoechea fue despedido de Isolux en marzo de 2017, tras una investigación interna de la casa matriz de la compañía sobre presuntas irregularidades en el desarrollo de negocio en Argentina.

Según la fiscalía, los supuestos sobornos -pagados por empresarios en un sistema de recaudación que terminaba en la Casa Rosada o en la residencia presidencial de Olivos en las afueras de Buenos Aires- podrían alcanzar los 160 millones de dólares.

Desde que la investigación salió a la luz el miércoles, la justicia ha detenido a 16 empresarios y exfuncionarios, pero el trato sería mucho más amigable con los primeros, según la prensa.

La causa, que tiene 36 imputados, se basó en las minuciosas anotaciones en ocho cuadernos escolares hechas durante una década (2005-2015) por Oscar Centeno, un suboficial retirado del ejército que fue chofer del ahora detenido Roberto Baratta, exnúmero dos del Ministerio de Planificación.

En la imputación de 29 páginas que les fue leída a los detenidos se señala que "los recaudadores de la asociación ilícita contaron con la participación de empresarios que pagaron 35.645.000 dólares en un sinnúmero de oportunidades entre 2008 y 2015".

Los apuntes de Centeno describen con lujo de detalle numerosos recorridos por Buenos Aires con su exjefe para llevar bolsos repletos de dólares en efectivo a diferentes destinos, incluyendo el domicilio de la expresidenta y actual senadora Kirchner en Buenos Aires, quien fue citada a indagatoria para el 13 de agosto.

Centeno fue arrestado el miércoles, pero quedó en libertad la noche del viernes tras ingresar en el programa de imputado-colaborador, lo que presume protección para él, su actual pareja y sus 13 hijos.

La caja de Pandora

El chofer admitió ante la justicia ser el autor de los ocho cuadernos y dijo que los tenía en su casa o en lo de un cuñado, donde no fueron encontrados. El viernes declaró al juez haber quemado los originales en mayo pasado en la parrilla del fondo de su casa, según la prensa.

El juez cuenta solo con copias escaneadas que le fueron entregadas meses atrás por Diego Cabot, un periodista del diario La Nación que tuvo acceso a los originales por un par de meses, cuando el policía retirado Jorge Bacigalupo, de 73 años, un antiguo amigo de Centeno, se los entregó.

En una entrevista publicada por el matutino, Bacigalupo contó que Centeno le había pedido en octubre del año pasado que le guardara la caja por miedo a un allanamiento en su domicilio. Fue cuando el expolicía decidió dárselo al periodista, hasta que Centeno comenzó a reclamárselos y tuvo que recuperarlos para devolvérselos.

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