Washington, Estados Unidos | AFP.

Por Sylvie LANTEAUME con Francesco FONTEMAGGI en Seúl

Estados Unidos anunció el jueves que sus principales maniobras militares conjuntas con Corea del Sur quedan “suspendidas indefinidamente”, a pesar de que se mantienen las sanciones impuestas a Corea del Norte para que renuncie de forma permanente a su arsenal nuclear.

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Dos días después del sorpresivo pedido del presidente Donald Trump de detener los ejercicios militares “provocadores” tras su histórico encuentro con el líder norcoreano, Kim Jong Un, un alto funcionario estadounidense dijo a la AFP que “las principales maniobras militares” se suspenden “indefinidamente en la península coreana”.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se reunió en Seúl con sus aliados surcoreanos y japoneses antes de ser recibido en Pekín por el presidente chino, Xi Jinping, quien saludó la “exitosa cumbre”.

En Seúl, Pompeo reafirmó que el objetivo de Washington sigue siendo la “desnuclearización completa, verificable e irreversible de Corea del Norte”.

El texto firmado el martes en Singapur por los dos líderes ha sido criticado por muchos expertos, ya que el heredero de la dinastía Kim solo se comprometió a una “desnuclearización completa de la península coreana”.

Esta fórmula vaga, sujeta a diferentes interpretaciones, retoma una promesa ya hecha y nunca cumplida.

“Pensamos que Kim Jong Un entiende la urgencia del cronograma para llevar a cabo esta desnuclearización” y “que debemos hacerlo rápidamente”, dijo Pompeo. Según él, Estados Unidos tiene “la esperanza” de que “lo esencial del desarme norcoreano” suceda “en los próximos dos años y medio”, al final del mandato del presidente republicano.

“En el pasado, la presión económica y financiera se ha atenuado antes de una desnuclearización completa. Pero eso no sucederá esta vez, lo dijo claramente el presidente Trump durante su reunión con Kim Jong Un”, aclaró Pompeo. “El levantamiento de las sanciones no puede llevarse a cabo hasta que haya evidencia de que Corea del Norte ha sido completamente desnuclearizada”.

Mientras rusos y chinos han sugerido que la ONU considere aliviar las sanciones si Pyongyang cumple con sus obligaciones, Pompeo aseguró que China, por donde pasa el 90% del comercio de Corea del Norte, “reafirmó su compromiso con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”.

Cambios drásticos

“Creemos sinceramente que después de tantos años tenemos un camino abierto que puede llevar a la paz en la península de Corea”, dijo Pompeo después de una reunión en Pekín con su homólogo chino, Wang Yi.

“Sigue habiendo un riesgo de no lograrlo pero creo realmente que el mundo ha puesto las condiciones correctas”, agregó.

También confirmó que el final de los ejercicios militares conjuntos entre Washington y Seúl está condicionado a la evolución de las negociaciones “productivas” y de “buena fe” con los norcoreanos.

El próximo ejercicio conjunto previsto, llamado Ulchi Freedom Guardian, debía realizarse a fines de agosto o principios de septiembre, como cada año.

Hace tiempo que Corea del Norte pide la conclusión de estos ejercicios, que considera una repetición de la invasión general de su territorio y a los que a menudo ha respondido conduciendo sus propias operaciones militares.

El próximo embajador de Estados Unidos en Seúl, que hasta el mes pasado comandó las fuerzas estadounidenses en el Pacífico, aprobó la decisión de suspender las maniobras y estimó que “la situación ha cambiado drásticamente” desde la cumbre entre Trump y Kim.

“Deberíamos tomarnos un descanso de los ejercicios (...) para ver si Kim Jong Un habla en serio sobre su parte de las negociaciones”, dijo el exalmirante Harry Harris ante un comité del Congreso.

La canciller surcoreana, Kang Kyung-wha, se ha mantenido apartada del tema, que aparece como una importante concesión estadounidense a Kim, y sólo ha dicho que su implementación requerirá de una coordinación entre autoridades militares de los dos aliados y destacó su interés en que “la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos” fuera “más fuerte que nunca”.

Aunque celebró el ”éxito” de la cumbre, según Seúl un “punto de inflexión” para lograr la paz, hizo hincapié en que las negociaciones de seguimiento con Pyongyang serán cruciales para lograr un “progreso sustancial”. La idea fue retomada por el jefe de la diplomacia japonesa, Taro Kono.

“Tuvimos una discusión franca sobre cómo instar a Corea del Norte a tomar medidas concretas”, dijo, en una alusión a la falta de detalles y de un calendario en la declaración de Singapur.

“Todavía no se dieron garantías de seguridad”, subrayó. De los ejercicios militares conjuntos, de los que Japón no participa directamente, destacó su poder de “disuasión” al jugar “un papel crucial para la seguridad en el noreste de Asia”.

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