El moquillo canino o distemper es una patología provocada por un virus que ataca los sistemas respiratorio, gastrointestinal y nervioso del animal. Es muy contagiosa y con altos índices de mortalidad, especialmente entre los perros más jóvenes y ancianos. Es una enfermedad similar al sarampión humano, de gran virulencia, por lo que es muy importante seguir al pie de la letra el calendario de vacunación.

Entre los síntomas destaca la fiebre alta, alrededor de 40ºC, lagrimeo de ojos, la diarrea, mucosidad abundante y reducción del apetito en la primera fase. Si la patología avanza, los síntomas se endurecen y comenzarán los vómitos, conjuntivitis, pústulas e incluso convulsiones. La manera más frecuente de contagio en perros es mediante la inhalación de partículas virales que se encuentren flotando en el ambiente. Aunque el moquillo también puede transmitirse a través del contacto directo del cachorro con los fluidos de otros canes infectados, incluyendo agua y comida. A pesar de la gravedad de la enfermedad, con un buen veterinario, podés ayudar al sistema inmunitario de tu perro a hacer frente a los síntomas que provoca.

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