Los cambios hormonales durante la pubertad o des­pués del embarazo, el estrés psicológico, una dieta poco saludable o el uso de produc­tos de belleza inadecuados son algunas de las causas de la piel grasa. Si bien algunos de estos factores no se pueden cambiar, con algunos cuida­dos, como una buena alimen­tación y el uso de productos naturales, se puede conse­guir una notable mejoría en las dermis oleosas.

Para comenzar, una dieta sana y rica es fundamen­tal, evitando productos con mucha azúcar y grasa. Se debe consumir más alimen­tos con un mayor contenido de vitamina B5 o ácido panto­ténico que favorece la cicatri­zación de heridas por el acné y ayuda a regular la producción de sebo.

La avena y los fru­tos secos son buenas fuentes de vitamina B5. Las vitami­nas B7, B9 (ácido fólico), A, C, y los minerales zinc y selenio, que solo pueden conseguirse a través de los alimentos, son igualmente muy importantes.

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Aumentar el consumo de alimentos con mayor contenido de vitamina B5 o ácido pantoténico que favorece la cicatrización de heridas por el acné y ayuda a regular la producción de sebo.

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