El oficial segundo confiesa que no tenían idea de que estaban dirigiéndose rumbo al local del PLRA, ya que ellos iban persiguiendo a las personas que habían violentado el local del diario ABC Color. Sobre la calle Iturbe (frente a la sede liberal) recibió un proyectil en el rostro y cayó ensangrentado al suelo. Sus camaradas vieron a la persona que arrojó el proyectil y eso motivó el ingreso al local liberal, donde se refugiaron. No hubo orden para entrar a la sede partidaria, sino que los uniformados ingresaron en busca de la persona que hirió al camarada.

  • POR JORGE TORRES ROMERO
  • Periodista

Néstor Fabián Can­tero también se con­sidera una víctima de los sucesos del 31M y reclama a las autoridades del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) que colaboren con la Justicia para identificar a la persona que le arrojó una piedra en el rostro y le pro­dujo una fractura del maxilar. Revela que un camarógrafo de ABC TV les mostró una imagen en la que se observa que uno de los manifestan­tes estaba armado.

–¿Qué fue lo que sucedió desde el principio, desde el momento en que a ustedes les llaman para intervenir aquel 31 de marzo?

–Ese día fue solicitado perso­nal de apoyo y cuando asis­timos, en ese momento, ya había comenzado la quema del Congreso. Todo empezó cuando se estaban que­mando las patrulleras frente a la Comandancia y en ese momento vino una orden en guaraní de uno de los superio­res que nos decía: "Jahejáta pio ohapypa hikuái ñande colectivo?" (¿Acaso vamos a dejar que quemen nuestro colectivo?). Entonces proce­dimos a avanzar y llegamos hasta la sede de la Coman­dancia y sucedió lo que ya se conoce públicamente. Hubo una especie de enfrenta­miento frente a la sede de la Policía Urbana (Paraguayo Independiente esquina Inde­pendencia Nacional).

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–¿Lograron dispersar a los manifestantes y luego qué hicieron?

–Avanzamos y llegamos hasta la calle Haedo, momento en que un camarógrafo de ABC empieza a advertirnos que entre los manifestantes había uno que portaba un arma de fuego. Aclaro que no era un fotógrafo, sino un camaró­grafo quien nos mostró la imagen en su equipo: "Pema­ñami ko arma", nos dijo. Entonces, cuando los divi­samos avanzamos cubiertos detrás de unos árboles que había en la cuadra buscando evitar que nos disparen. Nos cubrimos hasta que llegamos a ellos y logramos dispersar a la turba, pero no pudimos detener al que estaba armado. Eso sería frente al diario ABC, pero debo reconocer que en ese momento tenía­mos absoluto desconoci­miento del espacio y tiempo. Nosotros solo íbamos detrás de esa gente.

–Entonces, ¿luego de llegar a ABC subieron por la calle Yegros?

–Cuando llegamos ahí, el mismo camarógrafo/perio­dista nos siguió hasta la sede del PLRA. En frente al local había una especie de con­tenedor con materiales de construcción que es fácil­mente comprobable en las imágenes. De ahí sacaban los cascotes que nos tiraban. Casualmente ese contenedor con materiales contundentes como piedras, palos, botellas y cascotes estaba ahí ese día porque nosotros nos pregun­tábamos de dónde sacaban tantos cascotes para arro­jarnos.

–¿Qué hicieron al llegar a la sede del PLRA?

–En lo que me concierne a mí, llegó en ese momento una patrullera de apoyo que era la M071 y el chofer nos dice: "Jaha ñambodisparapa kóa, ja opá­tama" (vamos a dispersarlos, esto ya termina). Cuando llega la patrullera le diviso al subofi­cial Báez, que antes estaba con­migo en la comisaría y nos vol­vemos a encontrar en el lugar después del trayecto de toda la noche. Con el poco contin­gente que estábamos, Floren­tín, Ramírez y unos cuantos más a los que no conocía, por­que éramos como 7 los que per­seguimos a esa gente y sabía­mos que tenían armas. Cuando llega la patrullera subimos a la carrocería ya con ansias de terminar la noche y después cuando llegamos a la sede del PLRA, vimos el contenedor que estaba en frente mismo y la turba en ambos lados. En mi caso yo estaba del lado izquierdo y Báez a mi derecha donde estaba la entrada del PLRA. Vimos que de ambos lados, de izquierda a derecha, había gente que nos estaba tirando piedras.

CASCOTE EN PLENO ROSTRO

–¿En ese momento fue que recibiste el impacto?

–Sí. Mientras estábamos ahí veo que un señor a mi izquierda tira una piedra y yo pensaba que mi camarada me iba a cubrir, pero no fue así y me da de pleno en el rostro, dejándome una herida cor­tante en el pómulo derecho. Me partió la cara y ahí caigo al suelo con un chorro de sangre que me empezaba a correr.

–¿No tenías casco protec­tor?

–No tenía casco porque era un personal de apoyo no de antidisturbios. Nosotros llegamos hasta ahí porque la orden desde un inicio fue dispersar a las personas, aprehender y todo lo que nos parezca coherente con nues­tras funciones.

–¿Después de recibir el golpe, qué pasó?

–Caigo herido en la carro­cería de la patrullera y en ese momento, o máximo 15 segundos después, escu­cho el sonido de las piedras que daban con la carroce­ría. Venían ya desde arriba del PLRA, de donde empe­zaron a tirarnos y yo estaba acostado tratando de cubrir mi rostro que estaba lleno de sangre. Luego llega el subofi­cial (Gabriel) González y me pide mi escopeta, diciendo: "Eipuruka chéve nde esco­peta porque ñande japipáta hikuái ko'ápe" (Préstame tu escopeta porque nos van a disparar acá). Por supuesto que ante esa situación le entregué y antes le pregunté su nombre. Ya cuando nos vimos superados en número, comenzamos a retroceder y 45 segundos después se die­ron cuenta mis camaradas de que estaba herido. Fue cuando dijeron "oficial oje­japi, jaha jaha! (Oficial herido, ¡vamos, vamos!) y de ahí nos fuimos al Hospital de Policía.

INGRESO AL LOCAL DEL PLRA

–¿En qué momento se patea la puerta del PLRA y se ingresa?

–La conclusión desde mi punto de vista y como ciudadano es que la policía como función tenía que buscar al que me hizo esto. Eso llevó a que se ingrese de esa manera al local del PLRA. Lo que yo me pregunto muchas veces es por qué si hay imágenes de cuando ingresa el comisario Palma o de cuando entra la Policía, justo la ima­gen de la persona que a mí me hiere no está. Yo ya había pre­guntado por qué no se hace la debida investigación como cualquier ciudadano, ya que yo fui herido y lesionado por personas pertenecientes a ese sector político, por qué no está en el afán de ellos esclarecer lo que me pasó a mí. Hasta ahora nadie me dio una explicación.

–¿Pediste las imágenes del circuito cerrado?

–Se pidió en la parte inves­tigativa, pero las imágenes llegaron cortadas, no apa­rece lo que realmente con­cierne a mi caso particular. Yo sí busqué y me fui a mirar si había cámaras en el lugar donde fui herido y sí había.

–¿O sea que se facilitó solo lo que ellos (los del PLRA) querían que se muestre?

–No sabría decir eso, pero sí me pareció injusto que no lo hayan hecho. Tampoco les costaba facilitar el nombre de la persona que me hirió, yo esperaba de ellos ese gesto por lo menos, si es que real­mente quieren esclarecer los hechos. Como ciudadano me gustaría también que estén a mi favor.

–¿Qué pasó cuando entra­ron los policías al PLRA?

–La verdad yo no sabía que entraron (los policías) a la sede del PLRA. Acá la pre­gunta que seguramente debe­rían hacerse es ¿por qué las puertas estaban abiertas?, ¿por qué esa gente sabía que tenían que entrar ahí? Es lo que nosotros nos pre­guntamos, ¿por qué esas 20 o 30 personas que cometie­ron actos vandálicos iban a entrar ahí? No sé si era un lugar para refugiarse, pero esa era la última turba de manifestantes que quedaba.

–¿Ustedes les siguieron desde el Congreso, pasa­ron frente al diario ABC y luego hasta la sede del PLRA?

–Esa gente que intentó que­mar el Congreso, que no eran más de 30 personas, es a la que nosotros seguimos. Otra cosa que me llamó la atención es que muchas casas estaban con sus puertas abiertas, es decir, eran ciudadanos que tenían miedo de que sus vehículos sean dañados porque los manifes­tantes rompían todo a su paso. Nosotros recibíamos felicita­ciones de esa gente por alejar­les a los manifestantes. Que yo sepa ninguno de los manifes­tantes se refugió en una casa particular, sino que directo se dirigían a la sede del PLRA.

FRACTURA EN EL MAXILAR

–Respecto a tu herida, ¿cómo quedaste un año después?

–Sufrí una fractura en el maxilar y perdí la sensibi­lidad en ese lugar. Estuve cinco días internado y un mes de reposo. La vista gra­cias a Dios no me afectó.

–¿Y ahora cómo te sentís, qué le pedirías a las auto­ridades del PLRA?

–Lo que quiero es que tam­bién se llegue a la persona que me hizo esto. Me hubiera gus­tado que desde un principio tengan la voluntad de querer buscar o encontrar a la per­sona, que le identifiquen más allá de que sea o no del partido de ellos. Yo como ciudadano también quiero que se haga justicia, solicito por lo menos que se disculpen y que eso venga de ellos. Así como ellos también reclaman, también quiero que haya el mismo interés por mi caso, como ciu­dadano y como joven. Ellos pueden saber quién fue.

–¿La Fiscalía no investigó tu caso?

–Los fiscales pusieron de su parte y también solicitaron la filmación completa; habrá quedado en mis declaracio­nes también esos pedidos, seguramente. La investiga­ción continúa y seguramente en su momento voy a ente­rarme.

–¿Alguna reflexión final que quieras hacer?

–Yo también fui una víctima de ese 31M porque yo sola­mente estaba haciendo mi trabajo. Yo, más allá del color y las instituciones, quisiera que se esclarezca lo que pasó.

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