KRISTI HEDGES

Ochenta por ciento de los estadounidenses dicen sentir estrés durante su jornada. En muchas organizaciones, ese sentimiento está integrado en la cultura laboral incluso mientras todos se preguntan qué hacer al respecto.

Como un contagio, el estrés se esparce. Literalmente lo obtenemos de los demás. El solo ver a alguien en tensión puede detonar la liberación de la hormona de estrés, llamada cortisol, en nuestros cuerpos.

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Pocos consideran el impacto negativo de su estrés en los demás, y ciertamente los está afectando a ellos, especialmente si usted es un directivo.

Para evitar que su estrés afecte a otros (y lo desgaste a usted), considere estos pasos para manejarlo de mejor forma:

-Identifique lo que verdaderamente lo estresa:

Lleve un registro de estrés durante un mes. Al final del día, anote cuándo se sintió estresado. Pregunte: ¿Qué condiciones hicieron que me sintiera estresado hoy? ¿Qué elemento de la situación se sintió importante en ese momento? Al descubrir qué le está causando estrés, puede comenzar a corregir las causas y no solo los síntomas.

-Cambie primero su reacción y luego su carga laboral:

La meta de muchos de mis clientes estresados es controlar su carga de trabajo, encontrando estrategias que reduzcan la cantidad de trabajo, pero eso raramente basta. En lugar de ello, comience examinando cómo se siente respecto a la carga de trabajo. ¿Se siente empujado a ser perfecto?, ¿tiende a tener dudas? ¿Hay un patrón en su carrera de no responder “no” a las solicitudes?

-Cree espacios de cordura:

Todo trabajo tiene períodos ocupados, en los que la mejor estrategia es adaptarse, pero esto se vuelve una tortura cuando su trabajo nunca se reduce. Si su labor no tiene recesos naturales, cree períodos de recuperación para usted mismo. Apartar mediodía de cada mes para tener tiempo de reflexión puede ayudarlo a redefinir prioridades y reducir el estrés. Incluso micromomentos de cordura, como el de una caminata para almorzar, pueden ofrecer un necesario descanso.

-No solo diga que está estresado:

Ya que el estrés es prevalente en el trabajo, hablamos al respecto, demasiado. Un enfoque más útil consiste en también señalar que, aunque el trabajo es estresante, usted está tratando de manejarlo para que tenga menos impacto. Al compartir las estrategias que utiliza, le ejemplifica a los demás que es aceptable luchar contra el estrés. Como extra, si usted menciona en voz alta lo que está realizando, tendrá más posibilidades de darle seguimiento.

-Haga planes tomando como elemento el estrés:

Aunque la mayoría de nosotros hemos aceptado la idea del estrés en el trabajo, seguimos sintiéndonos sorprendentemente asediados por este. Quizá una mejor solución es la de considerarlo lo normal y planear a partir de ello. Los trabajos son estresantes, las industrias son turbulentas y rara vez hay el suficiente tiempo o recursos. Si este es el caso, ¿cómo puede dejar de alimentar el remolino? ¿En qué formas puede sostener su propia energía y la de los otros?

No estamos tan desvalidos como pudiéramos pensar. Al ejercitar su propio sentido de acción, puede reducir su estrés y mostrarle a los demás cómo hacer lo propio. Podría incluso cambiar la cultura, porque, aunque el estrés pueda ser contagioso, también lo es la tranquilidad.

(Kristi Hedges es presidenta de The Hedges Company).

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