Eva De Mol

Cuando los inversionistas de riesgo hacen lo que les corresponde, se enfocan cuidadosamente en el aspecto financiero del negocio. ¿La compañía tiene un modelo de negocio interesante? ¿Qué tan grande es el mercado potencial? ¿Cuáles son los planes de crecimiento de la compañía? Contratan costosos expertos y usan avanzadas herramientas de datos para responder estas preguntas y asegurar que todos los detalles financieros estén sobre la mesa.

Sin embargo, cuando se trata de evaluar al equipo de la startup (empresa emergente), los instintos y la intuición tienden a quedar a cargo. Este no es un gran enfoque. Los datos muestran que 60% de las nuevas empresas fracasan debido a problemas con el equipo.

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¿Qué define a un equipo exitoso en una startup? Una respuesta común es que la experiencia previa con empresas emergentes, el conocimiento del producto y las habilidades de la industria predicen el éxito de una nueva empresa. Sin embargo, ¿es suficiente la experiencia previa para que un equipo trabaje bien en conjunto? Exploramos esa pregunta en un reciente estudio con 95 nuevos equipos de startups en los Países Bajos.

Encontramos que la sola experiencia no era suficiente. Aunque la experiencia amplía los recursos disponibles del equipo, ayuda a las personas a identificar oportunidades y se relaciona positivamente con la efectividad del conjunto, para verdaderamente prosperar, el equipo también requiere habilidades suaves. Específicamente, nuestro estudio muestra que es necesario compartir la pasión emprendedora y la visión estratégica para alcanzar un desempeño superior de acuerdo a las calificaciones de los inversionistas de riesgo externos.

De las empresas emergentes a las que estudiamos, el grupo que reportó altos niveles de experiencia previa junto con niveles bajos o promedio en cuanto a pasión y visión colectiva demostró un débil desempeño de conjunto en ámbitos como la innovación de productos y servicios, satisfacción del cliente, control de costos y crecimiento esperado de ventas. El grupo de equipos que reportó niveles promedio de experiencia acompañados de altos niveles de pasión y visión colectiva demostró un desempeño significativamente más sólido.

También encontramos que una mayor experiencia del equipo lleva a un mejor desempeño sólo si los integrantes comparten una visión estratégica para la compañía. Cuando los miembros del equipo no concuerdan en cuanto a la estrategia futura, su conocimiento y habilidades contribuirán solo de forma marginal al desempeño del equipo.

Entre la experiencia de los integrantes (hard skills) y la pasión y visión (soft skills), hay un punto de equilibrio donde parecen habitar los equipos estelares. Si los integrantes son súper inteligentes y experimentados, pero no quieren compartir su conocimiento debido a una falta de alineamiento con la visión para la compañía, su conocimiento será inútil para el negocio. Esas diferencias en pasión y visión hacen que el equipo se desempeñe peor.

Por ejemplo, si la jefa de tecnologías en el equipo de una startup tiene mucha experiencia en la industria del software –que es útil para construir el negocio actual- no coincide con el CEO respecto a la estrategia futura de la compañía, tenderá menos a compartir todo su conocimiento de software dentro del equipo.

Cuando los inversionistas evalúan a los equipos de empresas emergentes, deberían tener en mente que un gran currículum no basta para alcanzar un gran desempeño. Construir una startup exitosa es una camino largo y difícil; sin pasión emprendedora y una visión estratégica, un estelar currículum se convierte en una simple hoja de papel.

(Eva de Mol es socia en CapitalT, un fondo de inversiones de capital riesgo holandés).

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