Amy Gallo

Tener un amigo cercano en el trabajo puede volverlo más feliz, más productivo y con menos posibilidades de renunciar. Sin embargo, las amistades en la oficina también pueden tener desventajas. ¿Qué debería hacer si se ha involucrado emocionalmente en forma excesiva? ¿Cómo asegurarse de que su relación no se interponga en su capacidad de hacer el trabajo?

En el lugar de trabajo, usted no quiere “dejar que sus emociones tomen el control” e involucrarse tanto en la amistad laboral que esta agote su energía y productividad, dice Susan David, autora de “Emotional Agility”. En esto coincide Annie McKee, académica senior en la University of Pennsylvania Graduate School of Education. “Se siente bien ser necesitado, pero puede convertirse en una carga”, señala.

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ALGO NECESITA CAMBIAR

Cuando está descuidando su trabajo por atender a un amigo de la oficina, es una señal de que algo necesita cambiar. Para evaluar si su relación es saludable, hágase algunas preguntas: ¿La relación me está acercando al crecimiento que quiero en mi carrera? ¿Ambos estamos dedicando la misma cantidad de esfuerzo? ¿Me siento cómodo expresando pensamientos que difieren de los de mi amigo? Si responde “no” a cualquiera de estas preguntas, considere hacer cambios.

Si concluye que la amistad no le está sirviendo, es normal enojarse o molestarse. “Hay un instinto de culpar a la otra persona y pensar ‘ella me empujó a esto’, pero eso es tomar una posición de impotencia”, dice David. Por el contrario, piense acerca de su propio rol en la creación de la dinámica poco saludable. McKee sugiere reflexionar sobre lo que inicialmente le atrajo hacia la persona. ¿Fue su personalidad? ¿Un desafío laboral que enfrentaron juntos? Esto le dará información útil para ayudarlo a evitar situaciones similares en el futuro.

CAMBIAR GRADUALMENTE

En la mayoría de los casos no hay necesidad de cortar abruptamente la relación. Usted no quiere pasar “de ser su mejor amigo a negarse a almorzar con él porque usted está harto”, dice David. “Podría estar cerrándose a una conexión importante”.

En lugar de ello, su estrategia debería ser la de “cambiar gradualmente” la forma en que interactúa con su amigo. Por ejemplo, “trate de elegir canales de comunicación más austeros”, explica McKee. “Si están pasando mucho tiempo juntos en persona, reemplace esas interacciones con llamadas telefónicas. Si está pasando más tiempo en video o teléfono, reemplácelo con un par de correos electrónicos. Usted necesita crear algo de distancia física y ‘reducir la intensidad’ de sus interacciones”, dice David. En la medida de lo posible, “vuelva a enfatizar su relación profesional” y hablen respecto a la importancia del trabajo.

NUEVO EQUILIBRIO

Finalmente, tendrá que decidir dónde quiere dibujar la línea. “Piense acerca de los problemas que el colega comparte con usted y elija uno o dos en los que quiere seguir ayudándole”, dice McKee. A continuación “habilite (a la persona) para actuar” respecto a los otros. “Conéctela con alguien que pueda ayudar”, señala David.

Tomará tiempo encontrar un nuevo equilibrio. Su amigo quizá no lo deje ir voluntariamente, pero no regrese simplemente porque este presiona: Si lo vuelven difícil, recuérdese a usted mismo que la incomodidad de plantear límites en el corto plazo es menos costosa que el agotamiento de su energía a largo plazo.

(Amy Gallo es una editora que contribuye con Harvard Business Review).

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