KRISTIN RIVERA Y PER-OLA KARLSSON

Durante los últimos años, las compañías se han vuelto mucho más tendientes a despedir a sus altos directivos a causa de un escándalo o conductas impropias de un CEO (presidente ejecutivo) u otros empleados, incluyendo fraude, sobornos, tráfico de influencias, currículums alterados e indiscreciones sexuales. Las compañías más grandes están en mayor riesgo que las pequeñas, al igual que las compañías donde el CEO ha estado a cargo durante mucho tiempo y las compañías donde el CEO es también el presidente de la junta directiva, de acuerdo con un reciente estudio de PwC.

Del 2007 al 2011, las rotaciones forzadas a causa de fallas éticas representan el 3,9 por ciento de todas las transiciones en las 2.500 empresas más grandes del mundo que cotizan en bolsa. Del 2002 al 2016, esa cifra se elevó a un 5,3 por ciento. Aunque pudiera sonar pequeño, es un incremento del 36 por ciento. A nivel regional, el porcentaje de sucesiones atribuidas a errores éticos se elevó en mayor medida en los Estados Unidos y Canadá, en Europa occidental y en los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

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Vemos cinco razones para el aumento en los despidos a causa de la ética. Primero, el público se ha vuelto más crítico y perdona menos los malos comportamientos corporativos. Segundo, la gobernanza y la regulación en muchos países se ha vuelto más proactiva y punitiva. Tercero, más compañías están buscando crecer en mercados emergentes, donde se elevan los riesgos éticos a causa de mayores niveles de corrupción y estructuras de gobierno menos maduras. El crecimiento de las cadenas de suministros globales también incrementa estos riesgos con las contrapartes. Cuarto, el ascenso de las comunicaciones digitales ha expuesto a más riesgos a las compañías y a los ejecutivos que las dirigen, tanto respecto a denunciantes que buscan exponer malas prácticas, como en cuanto a hackers que tratan de acceder a la información de los consumidores. Finalmente, el ciclo de noticias de 24/7 y la proliferación de los medios de comunicación en el siglo XXI publicita y amplifica la información negativa en tiempo real.

La información también identificó tres factores que pueden incrementar el riesgo para las compañías:

Gran tamaño: del 2012 al 2016, los CEOs de compañías ubicadas en el cuartil superior (en cuanto a capitalización de mercado) tendían significativamente más a ser despedidos por fallas éticas, 7,8 por ciento, en comparación con un promedio de 3 por ciento para compañías más pequeñas.

CEOs de mucho tiempo: También descubrimos que los CEOs expulsados del puesto por errores éticos tenían un período medio de 6,5 años, en comparación con los 4,8 de CEOs expulsados por otras razones.

Roles combinados de CEO y presiente de la junta: descubrimos que el 24 por ciento de los CEOs con ambos títulos que fueron despedidos salieron a causa de fallas éticas, en comparación con un 17 por ciento de quienes solo tenían el título de CEO, una diferencia de 44 por ciento.

Para todos los CEOs, y especialmente aquellos que supervisan grandes empresas, la responsabilidad de prevenir o minimizar malos manejos es abrumadora. La mejor forma de prevenir fallas éticas en el actual ambiente de estricto escrutinio y escándalo instantáneo es construir una cultura de integridad, y poner en marcha estructuras, procesos y controles efectivos de gobernanza, que desalienten las infracciones.

(Kristin Rivera dirige el equipo de riesgo y control de fraudes en PwC y trabaja como líder global de clientes y mercados forenses. Per-Ola Karlsson dirige las prácticas de organización, cambio y liderazgo en el Medio Oriente para Strategy&, el negocio de consultoría estratégica de PwC).

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