Aurelia Mok y David de Cremer

El dinero suele asociarse con tendencias poco éticas, anhelos egoístas y un espíritu competitivo en lugar de comunal. Las investigaciones incluso han mostrado que aquellos que piensan en dinero tienen problemas para comprender los puntos de vista de los otros. Sin embargo, también hay investigaciones que sugieren que el dinero puede llevarnos a comportarnos en forma más positiva, incluso si solo estamos pensando acerca del efectivo.

Condujimos una serie de estudios basados en encuestas, para descubrir cómo el mero pensamiento acerca de dinero influía en un problema generalizado de los lugares de trabajo: el ostracismo.

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El ostracismo social en el trabajo puede tomar muchas formas, incluyendo que los empleados sean ignorados por sus compañeros en reuniones o aislados por un supervisor que no escucha a sus preocupaciones. Es una desafortunada verdad que dicho ostracismo sucede regularmente en la mayoría de las compañías. No es de sorprender que la investigación organizacional descubrió que los empleados que lo sufren se sienten insatisfechos con sus trabajos, muestran un bajo nivel de compromiso con la organización y retraen los comportamientos de apoyo prosociales.

Queríamos obtener una comprensión más profunda de los factores organizacionales que pudieran ayudar a los individuos que sufren ostracismo a recuperar su ajustamiento social y su prosociabilidad en el trabajo. Ya que una de las principales razones por las que trabajamos es para obtener el frío y duro efectivo –y por lo tanto se ha demostrado que el dinero mitiga los efectos del ostracismo en investigaciones previas– queríamos ver si ayudaría a recuperarse a las personas excluidas en un contexto laboral.

Específicamente, en encuestas realizadas en línea con cerca de 100 adultos que trabajan, primero le pedimos a los individuos que calificaran los niveles de ostracismo que experimentan en el trabajo (los participantes se encontraban en los Estados Unidos y están empleados a lo largo de una variedad de industrias, que incluye las finanzas, las ventas, la tecnología y los servicios médicos). Después, los participantes iniciaron una descripción de tareas. A una mitad aleatoria se le pidió que describiera algo relacionado con dinero ("enlistar tres pensamientos sobre el efectivo", por ejemplo) o un objeto neutral en cuanto al dinero (como "enlista tres pensamientos acerca de una botella"). A continuación les preguntamos sobre sus intenciones de participar en comportamientos pro sociales en el trabajo. Los ejemplos incluyeron: escuchar compasivamente cuando un compañero de trabajo tiene un problema laboral; iniciar mejores formas de hacer sus principales tareas o proponer nuevas formas de incrementar la eficiencia dentro de la organización.

Descubrimos que las personas que sintieron mayor ostracismo tenían menos probabilidades de contar con cualquier intención prosocial cuando les pedimos que describieran una botella. Los resultados de este grupo de control son consistentes con los de investigaciones previas respecto a que el ostracismo disminuye las tendencias prosociales hacia los demás. Sin embargo, en el caso de los participantes a los que se les recordó acerca del dinero, la relación negativa entre el ostracismo y las intenciones prosociales era más débil o hasta eliminada, incluso sin referencia a una compensación financiera concreta.

¿Por qué sucede esto? Desde un punto de vista de la sobrevivencia, el dinero ofrece un mayor control respecto a las circunstancias físicas y sociales de la persona. Las investigaciones psicológicas encontraron que los recordatorios situacionales o pensamientos simples acerca del dinero pueden ofrecer un sentido de fortaleza, haciendo que las personas se sientan capaces de sobrellevar las dificultades, incluyendo (el dolor de) el rechazo social.

Nuestra investigación, enfocada en el contexto laboral, descubrió que los simples pensamientos sobre dinero pueden reforzar la percepción de pertenencia en los empleados que sufren ostracismo dentro de la organización. Dichas percepciones llevan a los empleados que sufren el ostracismo a mantener, en lugar de retraer, sus tendencias prosociales en el trabajo. Nuestro estudio muestra que los recordatorios de dinero pueden tener consecuencias positivas en el comportamiento de los individuos relegados, las cuales no se limitan al estrés psicológico. Pueden incluso promover comportamientos prosociales en las organizaciones laborales. Algo muy interesante: no se requiere de un bono en efectivo. Simplemente al pensar en dinero será suficiente.

(Aurelia Mok es profesora asistente en el departamento de administración en la City University of Hong Kong. David de Cremer es profesor de estudios administrativos en la Judge Business School de la University of Cambridge, y profesor honorario en la Wenzhou University, en China).

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