A sus 34 años, y después de un largo recorrido, mira la vida desde otros ojos, pero con el mismo entusiasmo de siempre. Bastante alejada de la Liz de “7 cajas”, pero muy cerca de su Rita en la producción argentina “La 1-5/18” que se estrena mañana, Lali González abre por primera vez las puertas de su intimidad desde su nueva vida en Buenos Aires.

Tuvo que pasar mucha agua bajo el puente para llegar al momento de su vida en el que la madurez, la mater­nidad y profesión conver­gen en un punto tal que no cabe más filosofía que vivir el momento presente. La paciencia, persistencia y compromiso no le dieron un mal resultado. Prueba de eso es la propuesta que recibió durante la pesadi­lla de la primera cuaren­tena, en el 2020, cuando en la tranquilidad de la bella Paraguarí recibió la pro­puesta menos esperada: dejar su tierra, familia y proyectos por un año para sumarse al elenco pro­tagónico de la nueva fic­ción argentina producida por Polka, una de las más importantes empresas del rubro en la Argentina.

Con el apoyo de su marido Walter Riveros y del resto de su familia, decidió dar uno de los saltos más importan­tes de su carrera: protagoni­zar junto a conocidas figu­ras como Agustina Cherri, Gonzalo Heredia, Esteban Lamothe y Romina Gae­tani. El “team” paraguayo se completa con Nico Gar­cía (“El reino”) –quien será su esposo en la ficción–, el humorista Odón Morán (“El marginal”) y una par­ticipación especial reciente de otra local, la actriz Coral Gabaglio (“Noche y día”).

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La historia –narrada en tono de melodrama– transcurre en el barrio 1-5/18, reciente­mente bautizado como “La Peñaloza”, donde conviven vecinos de distintos oríge­nes y realidades que, a pesar de estar privados de algu­nos derechos y de atravesar la carencia, siempre están dispuestos a colaborar y a luchar por el bienestar de toda la comunidad.

“Cuando me llega esta pro­puesta, mi vida da un giro inesperado”, reflexiona Lali, desde el otro lado de la frontera. “Estoy viviendo un momento hermoso, de creci­miento, de entrenamiento, de vivir nuevas experien­cias, de conocer colegas maravillosos, pero también de afrontar la vida lejos de casa y en otro país, con las fronteras cerradas”.

-Alguna vez me dijiste que hacer ficción diaria en la Argentina era un sueño y hoy es una rea­lidad…

-De esas ganas pasaron 8 años… hoy te puedo decir que hay que tener paciencia, que hay que aguantar, que los actores tene­mos que resistir, que todo llega a su tiempo y que sigue siendo un sueño que en mi país vuel­van las tiras diarias.

-¿Te costó adaptarte al ritmo y exigencias de gra­bación de una producción diaria de estas caracterís­ticas?

-Para nada, no hay mejor regalo de la vida que levan­tarte a las 7 de la mañana para ir a hacer lo que más te gusta. ¡Acostarte cansada y feliz!

-Salvo pocas excepcio­nes, la inclusión de para­guayos en la TV argen­tina casi siempre se dio con base en prejuicios y estereotipos sociales (la mucama, la prostituta, etc.). Tu personaje juega un rol protagónico, lo cual le abre a nuevos matices. ¿Cómo está pensado el personaje?

-Como actriz paraguaya y en mi experiencia personal, puedo decir que a mí siem­pre se me dio la oportunidad en Argentina de interpretar diferentes papeles. Desde una prostituta a una porteña. Los papeles llegan con historias y esta historia en particular me gustó mucho y por eso acepté. Más allá de contar la histo­ria con un acento diferente a ellos, es la historia de una mamá en una constante bús­queda. Es la historia de una mujer. Una mujer que vive una historia que puede tener una mujer de cualquier acento. Y eso es lo importante.

-¿Cómo presentarías a Rita?

-Rita es una mujer con varios matices, sus colores más lin­dos son en el barrio con sus amigas. Simpática, cálida, amante de la comida; es tierna y cariñosa con su hijo. Sus momentos más oscuros y rebeldes son con su pareja y su pasado, en donde salen sus peores monstruos. Y están buenísimos los matices, poder transitar diferentes estados.

-¿Cuánto de Lali hay en Rita?

-Creo que, siempre desde un lugar inconsciente, hay un poco de Lali en cada per­sonaje... por más alejado que esté el personaje de la rea­lidad, cada actor tiene su esencia a la hora de cons­truir y, por qué no, decons­truir sus personajes. Lo más importante siempre para mí es trabajar desde la verdad. Y prefiero que el resultado final lo decida el público: cuánto de cada una hay en la otra.

-Tanto en redes como en las primeras entrevis­tas del equipo tu nombre suena entre las más des­tacadas dentro del mismo elenco. ¿Esperabas este recibimiento?

-La verdad que mis compa­ñeros y compañeras son muy cariñosos conmigo y me lo dicen todo el tiempo, así que estoy súper agradecida con tanto amor.

-Tu personaje tiene una estrecha relación con el interpretado por Agustina Cherri (Lola). En las redes las vemos muy cercanas y cómplices. ¿Cómo es tra­bajar juntas?

-La conexión se generó tra­bajando, compartiendo den­tro y fuera del set… Aparte de ser una gran compañera, es una gran mamá. ¡La sigo desde programas como “Chiquititas”! Mi primera escena fue con ella y me recomendó que me prepare si me agregan escenas y que me haga amiga de la canti­dad de horas de rodaje. Me compartió muchas expe­riencias. Fue una bienve­nida muy cálida y amorosa.

-Un encuentro muy cele­brado, sin dudas, es el que se da con Nico García. ¿Cómo viven esta expe­riencia juntos?

-Nico está haciendo un tra­bajo maravilloso. Tenemos el placer de trabajar juntos y somos muy felices… Nuestra pareja es explosiva y eso se va a notar en la pantalla.

-¿Alguna anécdota en par­ticular en lo que va de las grabaciones?

-Finalmente a los argenti­nos que están en la tira se les queda más el tono paraguayo que a nosotros, los paragua­yos que estamos ahí con un tono argentino. Es muy inte­resante escucharles tratando de hacer un acento paraguayo y termina siendo como de Colombia, de Centroamé­rica... ¡Pero es lindo eso! Es lindo ver cómo les gusta el acento y escucharles tra­tando de hablar en jopara o en guaraní.

NUEVA CIUDAD, NUEVA VIDA

A pesar de haber trabajado para varios otros proyec­tos cinematográficos en la Argentina y de haberse trasladado temporalmente para rodar en países como Honduras y Colombia, la decisión de mudarse con su pequeña Rafaela –de solo 2 años– a Buenos Aires fue un asunto de charla impor­tante.

“No fue ni es fácil, yo extraño mucho mi casa, a mi familia, a mi marido, que viene cada vez que puede. Mi hija vive con­migo”, aclara. “Las distan­cias con la frontera cerrada se hacen durísimas y más los domingos. Pero esta profesión es así, es parte del todo y hay que saber afron­tar. El apoyo de mi familia es fundamental”.

La actriz Leticia Bredice (“Nueve reinas”), otra de sus amigas del elenco, tam­bién es alguien que siempre está lista para acompañarla. “No hay un día en que no nos llamemos. Leticia es la que me da fuerzas cuando estoy cansada o con nostalgias, es una hermana para mí”.

-¿Qué es lo que más dis­frutás de tu vida actual en Buenos Aires?

-Mi trabajo, los amigos nue­vos, los parques, los bosques, el café y el vino.

-¿Qué es lo que más y lo que menos extrañás del Paraguay?

-Extraño a mi familia, mi casa, mis amigos, la comida, mi equipo de tra­bajo, los domingos con la familia. Una cerveza bien fría. ¡Lo que menos extraño son los baches!

-”7 cajas” sigue siendo el gran proyecto bisagra de tu carrera. ¿Qué sen­sación te produce recor­darla hoy, a 9 años de su estreno?

-Un antes y un después para que yo decida dejar todo y empezar a vivir de esta pro­fesión. ¡Me encantaría vol­ver a trabajar con Tana y Juanca, a quienes amo y admiro mucho!

-Los estrictos hora­rios de grabación te exi­gen arrancar temprano, casi como en los ya leja­nos días en el Palacio de Justicia… ¿Qué le dirías a la joven Lali que igno­raba semejante camino como actriz?

-Me abrazaría y me felicita­ría por haber tenido pacien­cia, por haber terminado la carrera de abogada y actriz. Por haber resistido en los tiempos duros. Me felici­taría por haber tenido fe en mí y renunciar a lo que no me hacía feliz. No cambiaría nada. Uno es también pro­ducto de todo lo que vivió.

LALI DE EXPORTACIÓN

Varios años atrás, durante sus días como joven abogada, Gra­ciela Belén González Mendoza –ese es su nombre de pila– madrugaba para iniciar su jornada como funcionaria del Palacio de Justicia. Años después volvió a las mañanas, pero para un matutino de la TV local (N. de R.: en 2017 condujo el programa de Canal 13, “Mucho gusto”). Esta vez le toca hacerlo de nuevo, pero para la mayor de sus pasiones.

“Me levanto a las 7:00, desayuno y voy a Polka. Salgo a las 18:00 y voy para mi casa. Le baño a mi hija y, si tengo fuerzas, entreno 40 minutos. Los días que entro más tarde a grabar aprovecho para llevar al cole a mi hija. Los fines de semana son de bici y parques con mi hija”, detalla. Es la rutina que lleva adelante desde abril pasado, mes que inició las grabaciones en los estudios Baires, ubicado en la ciudad de Don Torcuato, en la zona norte del Gran Buenos Aires.

La migración del cine independiente a la televisión abierta en la Argentina lleva intrínseca una posible masividad y expansión de su carrera, en un país de más de 45 millones de habitantes. Consultada al respecto, la actriz prefiere ser cauta. “Trato de no pensar qué va a pasar con Rita, qué va a decir la gente, cómo va a reaccionar porque o sino voy a estar limitando mucho mi ansiedad con mi proceso de creación y prefiero estar enfocada en lo mío, y que el resto venga por añadidura”.

El programa se estrena mañana lunes 20, a las 21:00 (hora paraguaya), a través del Canal 13 de Argentina. Mientras tanto, disfruta de la previa del estreno de la mejor manera posible. “Estoy llevando la ansiedad con muchos bocaditos y alcohol (risas), y disfrutando de mi marido y de la vida… siendo felices con mi familia, con mi hija, disfrutando del hoy y del ahora con mis amigos de la ficción”.

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