San Pablo, Brasil. AFP.

Ha sido una relación paternal. El ‘padre’ estiró la mano siem­pre que el ‘hijo’ resbaló.

En el juego 50 de Tite con Brasil, que se complicaba ante un aguerrido Perú, Neymar dio una nueva ale­gría a su técnico y fortaleció un binomio que hace soñar con el sexto título mundial.

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El carismático e inaltera­ble Adenor Leonardo Bachi (Tite) se vio desencajado durante pasajes del encuen­tro contra los incas la noche del martes en Lima.

Su rostro, sudoroso, parecía encomendarse a los medallones religiosos que colgaban de su cuello.

Hasta que el milagro se hizo terrenal y el crac de la verdea­marilla desenfundó su pode­río ofensivo para encami­nar a la Canarinha a la punta del clasificatorio sudameri­cano hacia Qatar 2022, con seis puntos en dos salidas.

Fueron tres anotaciones, dos de penal, para darle la victoria (4-2) a Brasil y de paso superar a Ronaldo como segundo máximo arti­llero de la ‘Seleção’, con 64 goles, dos más que el “Fenó­meno”.

“Fue un juego muy difícil, ellos son un equipo muy ague­rrido”, explicó ‘Ney’, quien alcanzó el registro con cinco juegos más (103) que el ex Real Madrid.

“Logramos sobreponernos a las adversidades”, agregó.

“Neymar tiene imprevisibi­lidad, es arco y flecha: asiste y finaliza. Es cada vez mejor y con un grado de madurez cada vez mayor”, dijo Tite al término del partido con Perú.

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