Moscú, Rusia. AFP

Francia se colgó la segunda estrella en su camiseta tras imponerse en la final mundialista a Croacia por 4-2, gracias a la férrea defensa y a la velocidad en los contragolpes que han sido la marca de los Bleus en un torneo que echó el telón en el Estadio Luznikí de Moscú.

Los Bleus se impusieron con los goles de Mario Mandzukic (18, autogol), Antoine Griezmann (38, penal), Paul Pogba (59) y Kylian Mbappé (65). Los ajedrezados balcánicos habían logrado el empate parcial con Ivan Perisic (28) y Mandzukic (69) logró el descuento.

Dos décadas después de que Didier Deschamps levantara la Copa del Mundo como capitán de los Bleus en casa, el ahora seleccionador iguala con el brasileño Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer como los únicos en haber sido campeones del mundo como jugador y técnico.

Sus figuras sobresalieron, cada uno a su manera, incluyendo a un prodigio de 19 años, Kylian Mbappé. Francia nunca había conocido a un fenómeno como este, tan joven, incluso más joven que Thierry Henry y sus 20 años en 1998.

Kylian Mbappé, 19 años y medio, fue uno de los motores de la ofensiva “Bleu” para desarticular cualquier sistema defensivo y terminó siendo elegido el mejor jugador joven del Mundial.

Antoine Griezmann, de 27 años, habrá necesitado tiempo para recuperar su frescura física.

Se intensificó a partir de octavos de final y fue decisivo en la final contra Croacia al provocar el gol de Mario Mandzukic contra su propia puerta y anotar el segundo tanto de penal.

Raphael Varane también convenció al equipo de Francia. El vicecapitán ha desempeñado perfectamente su papel de jefe de defensa.

Paul Pogba había sonreído, al comienzo de los preparativos para la Copa del Mundo, cuando lanzó en Canal+: “Tomaremos las riendas del equipo de Francia, trataremos de ser el jefe”. Elevó su nivel de juego antes de una semifinal difícil y una final en la que anotó el tercer tanto de Francia, que encaminaba a su equipo a la conquista de la Copa del Mundo.