- POR ÓSCAR GÓMEZ
- Periodista
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El panorama comenzaba a complicarse. Libertad no había hecho un buen primer tiempo y, para colmo, arrancaba la complementaria con el 1-0 abajo. Gol que encajó tras un excelente contragolpe de Peñarol y donde quedó pagando Antolín Alcaraz, anticipado por Fernández en mitad de cancha, que al final trasladó la pelota por casi 50 metros y definió suave ante el intento de salida de Muñoz.
El ánimo estaba caldeado en Tuyucuá. Franco era el único que intentaba. Lo hizo en todo el primer tiempo y los minutos que estuvo en el segundo, pero no alcanzaba. El triángulo de mitad de cancha uruguayo, conformado por Corujo, Pereira y Rodríguez, estaba engranado y todo el juego pasaba por ellos.
Una derrota hubiese significado que los uruguayos igualen al "Guma" en la tabla y los otros dos queden cerca, tras el triunfo de Tucumán.
Pero el cambio de Libertad estaba en el banco. Literalmente. Bobadilla llamó a "Tacuara" y al "Demonio", esperando que esa pobre imagen mejore y así fue.
Bareiro comenzó a hacer estragos por su costado, el izquierdo de los uruguayos. Sus dos marcadores lo sufrieron. En la primera, Canobbio lo baja de una patada y se gana la tarjeta amarilla. La jugada acabó en el empate de Santiago Salcedo, altamente merecido por el Gumarelo. Ramos, el DT de Peñarol, lo sacó a Cannobio tras esto.
Las dos líneas de cuatro de Peñarol estaban cada vez más juntas y eso le favorecía a Libertad. Ya no había conexión entre el Cebolla y el medio, por lo que el partido ya era todo albinegro.
Otra corrida de Bareiro por derecha y otra falta. Esta vez, Rodrigo Rojo, quien se fue expulsado y ya quedaba muy poco de partido. El zurdazo de "Tacuara" en el tiro libre era inatajable. Un golazo que pone a Libertad con medio pie en los octavos de final.