En un acto que tuvo la presencia de las máximas autoridades del país e invitados extranjeros, el Gobierno presentó el proyecto del tren de cercanías que se realizó con la colaboración del gobierno de Corea del Sur, uno de cuyos viceministros estuvo en la presentación. De concretarse el plan, el Paraguay contará de nuevo con el trans­porte ferroviario para el servicio público luego de varias décadas.

En la ceremonia se dio a conocer oficial­mente, aunque sin entrar en detalles, el documento que incluye el diseño, la finan­ciación, la construcción, operación y mante­nimiento del sistema ferroviario. Pero en la ocasión no se dieron datos pormenorizados del emprendimiento. Por eso hasta ahora no es de público conocimiento con exactitud cuánto costará, cómo se financiará la obra, quién pondrá el dinero, si se deberá hacer préstamos y a quiénes se recurrirá para obte­ner el financiamiento, lo que indicará final­mente cuál será el monto real del proyecto.

Los voceros del Gobierno señalaron que el proyecto de ley se enviará al Congreso para su tratamiento para luego poner en marcha la obra, que estará lista para el 2027, según anunció el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones. Explicaron que la instala­ción del tren de cercanías en Paraguay gene­raría 20.000 empleos directos e indirectos durante los trabajos de construcción del sis­tema ferroviario y cuando entre en opera­ción, en el año señalado, emplearía de forma permanente a 500 trabajadores.

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En la presentación se recordó que Corea del Sur hoy día está a la vanguardia de este tipo de transporte y que la idea es que la transfe­rencia de tecnología que se haga con el pro­yecto beneficie a nuestro país. Esto porque posibilitará que haya mejor calidad de trans­porte y mayor uso de la electricidad, que abunda en el país.

El documento contempla la instalación de un sistema de ferrocarril impulsado por energía eléctrica que estará integrado al sis­tema de transporte de pasajeros actual con la utilización del billetaje electrónico que se aplica en los buses, lo que facilitará el despla­zamiento de los usuarios.

Luego de que el proyecto se apruebe en el Congreso, se espera que el contrato entre Paraguay y Corea del Sur se suscriba entre setiembre y octubre para que se pueda dar inicio a la obra. Se estima que la construcción comenzaría en el 2023.

Se ha indicado que el Gobierno coreano correría con parte de la financiación a través de créditos especiales, pero hasta ahora no se ha informado oficialmente cuánto dinero más se deberá obtener en préstamos inter­nacionales de otras instituciones.

Este proceso se inició en mayo del 2018, cuando el entonces presidente Horacio Car­tes promulgó la Ley 6084, que establece el procedimiento para la rehabilitación del Ferrocarril Carlos Antonio López y la imple­mentación de su primera etapa como tren de cercanías. Esta norma es la que posibilitó la licitación de las obras y establecía que la concesión de los servicios estaría a cargo de Fepasa y la primera parte comprendería el tramo de Asunción a Ypacaraí. La ley obliga que se tomen las medidas técnicas para sal­vaguardar el patrimonio histórico y cultural, y que se respeten las normas de protección del acervo de nuestro pasado.

El sistema ferroviario de transporte está lla­mado a ser un poderoso factor de desarro­llo en una nación que depende actualmente casi en un ciento por ciento de los derivados del petróleo para la movilidad de las perso­nas y el acarreo de productos y mercaderías varios. Teniendo en cuenta el alto precio de los combustibles tradicionales, la utilización de la electricidad generada en las hidroeléc­tricas significará un gran ahorro para el país, para las empresas y para la ciudadanía en general.

Si este tren de cercanías avanzara a dife­rentes regiones del país para transportar a la gente y los productos que actualmente dependen solo de los vehículos movidos por combustibles importados, el Paraguay deja­ría de enviar al exterior miles de millones de dólares anualmente y alivianaría la econo­mía de los consumidores.

Aunque el anuncio realizado por el Gobierno pueda tener un cierto tufo a propaganda ofi­cial, resulta un paso decisivo. Porque es con­tinuar la tarea de rehabilitar el sistema ferro­viario que se impulsó con la ley promulgada hace cuatro años en el gobierno anterior.

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