Recientes revelaciones sobre las operaciones del ingreso de mer­caderías de contrabando están indicando la actuación inapro­piada de algunas autoridades fronterizas y de los encargados de la represión de ese delito. Según los datos y las imágenes de un video que se conoció la semana pasada, camiones con contrabando eran protegi­dos por efectivos de la Marina y se dejaron pasar para su posterior comercialización sin que fueran perseguidos ni denuncia­dos por las autoridades a los organismos competentes.

El periodista Alfredo Guachiré dio a cono­cer unos videos sobre el ingreso a territorio paraguayo de mercaderías de contrabando con la complicidad de militares y policías. Las imágenes muestran cómo los contra­bandistas entraban con los artículos con ayuda de efectivos de las fuerzas públicas y no eran detenidos.

Las filmaciones corresponden al 12 de junio del 2021 y muestran cómo frente al edifi­cio de la Armada Nacional gran cantidad de personas civiles, así como militares y poli­cías están manipulando las mercaderías. Son artículos que entraron desde el lado argentino en alrededor de 40 camiones y que ingresaron al predio militar. Las imágenes fueron filmadas por cámaras instaladas por el Gobierno y que serían vigiladas por las autoridades, entre las que estaría el jefe de la unidad de combate al ilícito, Emilio Fúster. Aunque el comandante de la Armada, almi­rante Carlos Velázquez, dijo que el ingreso del contrabando era parte de una investiga­ción, el hecho irregular no se había denun­ciado a la Fiscalía.

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Ante el escándalo producido por las imá­genes difundidas, voceros del Ministerio Público dijeron que se ocuparían de inves­tigar el hecho para imputar a las perso­nas que resultaren responsables. Tanto el comandante de la Marina como el ministro anticontrabando fueron señalados como presuntos cómplices del hecho delictivo al no haber actuado como correspondía ante semejante irregularidad.

Frente a esta situación escandalosa en que altas autoridades están involucradas en el ilícito, el Gobierno debe actuar con energía y destituir a esos funcionarios, para mejorar la lucha contra ese delito y dar una imagen de seriedad del Estado; como se hizo recien­temente con los dos ministros del Ejecutivo que fueron desplazados por su cercanía con personas vinculadas al narcotráfico. Eso es lo que corresponde y lo que están reclamando exponentes del empresariado que se sienten castigados por el ingreso y la comercializa­ción de productos del tráfico ilícito que perju­dican al comercio legal y las arcas fiscales.

El presidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), Alberto Sboro­vsky, se quejó al ver la gran cantidad de con­trabando que se observa en el video y calificó de escandalosa la forma en que las fuerzas públicas estaban dando soporte a los contra­bandistas. “Acá hay que investigar quiénes son los responsables de haber omitido los pasos legales para que ingrese este carga­mento y deslindar responsabilidad”, señaló.

“Estamos asqueados por lo sucedido. Si vie­ran la cantidad de camiones que pasaron de una vez, ya raya lo asqueroso y, sobre todo, nosotros estamos muy enojados a nivel de los gremios comerciales e industriales por­que nos tratan de tontos y nosotros el papel de tontos no lo vamos a hacer, quiero aclarar. Y vamos a ir por todos los funcionarios que están involucrados y no les vamos a dejar en paz”, afirmó. “Si se tienen que ir 50 personas, que se vayan 50 personas”, insistió, resal­tando que el problema no se soluciona solo con el cambio de personas sino “pateando el tablero”, porque la guerra contra el ilícito se está perdiendo.

El contrabando es uno de los delitos más extendidos del país y ocasiona pérdidas muy graves a las empresas legales que pagan sus impuestos y dan empleo formal a miles de trabajadores. Aparte de perjudicar fuer­temente los ingresos tributarios que el Gobierno necesita para el funcionamiento normal del aparato estatal. Por eso es un delito que tiene que ser combatido con todos los medios posibles en una campaña que deben encabezar las autoridades nacionales y contar con la colaboración de la ciudada­nía. Tarea que sería muy difícil llevar ade­lante con funcionarios que en lugar de atacar al adversario se ponen de su lado y debilitan la lucha con su actuación cómplice, desleal y vergonzosa. Por lo que deben irse.

Ningún combate se gana cuando, en vez de disparar al enemigo, los soldados hacen fuego contra sus propias fuerzas.

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