Los datos que revelan el comporta­miento de la economía paraguaya indican que la actividad produc­tiva ha tenido un fuerte aumento en el primer semestre del año. Por eso se habla de que la recuperación está en plena marcha en los primeros dos trimestres del año y cobra fuerza la certidumbre de que el 2021 será el año de la rehabilitación econó­mica.

Los analistas de la economía ponen el acento en los números del producto interno bruto (PIB) que han crecido fuertemente. Aunque lo más prudente es ver cómo siguen las actividades productivas, la comercia­lización de los principales productos y la recuperación de los sectores de servicios que han sido los más golpeados y que aún no se han restablecido totalmente. Por de pronto, la mayor seguridad que tendrá la propiedad privada con la nueva norma aprobada en el Congreso es un excelente instrumento para garantizar el trabajo del campo que es el principal puntal de la eco­nomía paraguaya.

El Banco Central del Paraguay (BCP) ha revelado que la economía tuvo un creci­miento del 14,5% en el segundo trimestre de este año, comparado con el mismo período del 2020, mediante el cual el aumento alcanza al 6,9% en los dos primeros trimes­tres del 2021. Y subraya que la actividad económica ha tenido tres trimestres conse­cutivos de incremento, luego del bajón del 1,1% que se había registrado en el tercer tri­mestre del año anterior.

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En el segundo trimestre del año, los secto­res de mayor crecimiento fueron las cons­trucciones, que tuvieron un incremento del 34,8%, la ganadería, pesca, minería y fores­tal aumentaron un 18,5%, en tanto que la manufactura y los servicios anotaron un alza del 16%.

En el capítulo de la demanda, se notó un extraordinario aumento de la formación bruta de capital, con un 54%, gracias princi­palmente a la suba de la formación de capi­tal fijo que creció 44%. Un detalle no menor es que el consumo privado creció cerca del 10%, y es la primera vez que repunta luego de más de un año.

Hay que puntualizar que estos altos incre­mentos se dan principalmente porque la comparación se hace con las cifras del segundo trimestre del año pasado cuando la economía cayó en 7%, la cifra más baja alcanzada en ese tiempo. Lo cierto es que hay señales inequívocas de una fuerte recu­peración, aunque algunos sectores no se han podido levantar aún por los efectos de la emergencia pandémica.

Los cálculos oficiales hablan de que el repunte de los diversos grupos hará que el crecimiento económico sea este año del 4,5%, aunque en el sector privado se ani­man a señalar que puede superar el 5%.

Los técnicos refirieron que la gastronomía, el área de eventos y el comercio en gene­ral están todavía por debajo del nivel que tenían antes de la pandemia. Aunque se nota una recuperación frente a los malos números del año pasado.

A pesar de que el comportamiento no es uniforme, el atisbo de restablecimiento es indiscutible por el desempeño de las dife­rentes porciones de la actividad económica. Y hay señales claras de que los números seguirán mejorando para levantarse de la caída del año pasado y propiciar un mayor repunte.

Las áreas que mejor desempeño tendrán en el año, según todos los reportes, son las que corresponden al agro, por lo que con­viene resaltar en este momento la impor­tancia trascendental que tiene la seguridad jurídica para los que trabajan y producen en el campo. Ninguna recuperación de la economía podrá darse de manera sólida si no se atiende el clamor de los productores que reclaman garantizar una protección adecuada. Y cualquier intento de ir contra la propiedad privada será un ataque directo contra la economía del país y las posibilida­des de un mayor crecimiento.

El Paraguay está saliendo de la emergencia pandémica, pero no se puede dejar de seña­lar que hay otros peligros similares a la pan­demia, como las amenazas a la propiedad privada y la pretensión de grupos políticos extremistas que no quieren respetar uno de los principios básicos de cualquier sociedad equilibrada.

Por eso para propiciar una recuperación sólida es imprescindible garantizar el res­peto a la propiedad y la libertad económica.

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