La posibilidad de un buen creci­miento económico para este año es una de las previsiones más fir­mes de las autoridades mone­tarias. Sobre todo, teniendo en cuenta el desempeño que se está aguardando del sector agrícola y la buena cotización de las exportaciones, aunque hay dudas sobre la velocidad del proceso de recuperación. El Banco Central del Paraguay (BCP) prevé un alza del 4% del producto interno bruto (PIB) que está basado en el desenvolvi­miento positivo de los principales sectores luego de dos años de cifras negativas.

El Comité de Política Monetaria (CPM) de la banca matriz señala en un documento que cree que el actual nivel del perfil expan­sivo de la política monetaria es compatible con el cumplimiento de la meta del 4% de inflación en todo el año dado que los pre­cios permanecen relativamente bajos. El CPM continuará estudiando el desarro­llo de los precios en el mercado, sobre todo luego de los aumentos en la cotización de los combustibles derivados del petróleo, que podrían tener un cierto efecto inflacio­nario en ciertos valores de servicios y mer­caderías.

El organismo del BCP que tiene que ver con el manejo de la moneda decidió en forma unánime mantener la tasa de interés de política monetaria en el 0,75% anual que rige actualmente. El propósito es incenti­var la colocación del dinero de los bancos en diversos tipos de préstamos en el mer­cado financiero nacional para apuntalar con mayor fuerza la actividad económica en momentos de crisis.

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Destaca además que los indicadores de la actividad económica y de demanda mostra­ron una mayor fuerza en los últimos meses del 2020. Señala que, en ese período, las construcciones, la ganadería y las manufac­turas tuvieron un buen desempeño, lo que se suma a la recuperación paulatina que se está dando en los servicios.

Por otro lado, la visión que tienen algu­nos especialistas sobre la economía es que hay que cuidar mejor algunos aspectos de la política económica. El ex presidente del BCP Carlos Fernández Valdovinos cree que luego de haber tomado ciertas medi­das para los momentos más duros, hay que retornar a la disciplina fiscal.

Señaló que algunas disposiciones, como una política fiscal con mayor déficit y una fuerte expansión monetaria, pueden ser útiles en un momento de recesión, como el que se ha vivido. Pero luego de que haya pasado el mal momento, se impone corre­gir esos desequilibrios. Esto teniendo en cuenta que el año pasado se tuvo una leve caída de la economía y que el déficit fiscal se elevó al 6%.

Este año el país se tiene que endeudar menos y aumentar las recaudaciones fis­cales. En el 2020, en medio de la crisis pro­vocada por la pandemia el Estado con­trajo deudas por 3.353 millones de dólares, por lo que el pasivo público ascendió a 12.212 millones de dólares, lo que repre­senta el 34,2% del PIB. En el 2019 el total de la deuda era de 8.859 millones de dóla­res, al que se sumó el año pasado el monto mencionado. Una parte importante de ese pasivo fue la contratación de los 1.600 millones de dólares para enfrentar los desa­fíos del covid-19, dinero que se tiene que aprovechar en buena forma para enfrentar los embates actuales de la pandemia.

Si empeora la situación de la salud debido a rebrotes y mayor avance del covid-19, nece­sariamente el Paraguay tendrá que hacer más esfuerzos financieros para enfren­tar a sus nuevas necesidades, aparte de los problemas sociales y económicos que implicará. En ese caso, las condiciones no serán las mejores para asegurar un mejo­ramiento económico rápido como el que se requiere actualmente luego de dos años malos.

El principal obstáculo será el riesgo sani­tario si es que no se llega a dar una rápida salida al tema inmunitario con una buena campaña de vacunación masiva. Con lo cual se retorna a la principal preocupa­ción que solo podrá disiparse cuando el Gobierno consiga efectivamente la llegada de las partidas de inmunizantes que se han contratado. Nos guste o no, el pano­rama paraguayo está dependiendo en gran medida de las hasta ahora esquivas vacu­nas, cuya suerte se debe definir cuanto antes. Solo asegurando la inmunidad de nuestra gente podremos garantizar el repunte económico.

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