Está concluyendo el año legis­lativo y hay menos de tres semanas para que el Congreso apruebe la ley de presupuesto para el 2021 con aumentos en los gastos corrientes sobre la suma propuesta por el Poder Ejecutivo. Lo que más preocupa es que tanto la Cámara de Diputados como la de Senadores agregaron sumas de ero­gaciones que no se tiene cómo financiar ante la escasez de ingresos. Cuando se hacen las comparaciones, prácticamente todos los aumentos que incluyeron en el Parlamento al proyecto de ley se tendrán que financiar con préstamos que deberá hacer el Gobierno.

Con las modificaciones realizadas en las cámaras legislativas a la propuesta de ley se está obligando al Gobierno a que aumente su deuda para pagar esas eroga­ciones que irán solo para salarios y gas­tos corrientes que no reportan utilidad ya que no se destinarán a inversiones. Fuentes de Hacienda indicaron que esos incrementos añadidos buscarán contra­rrestar con medidas administrativas, como un plan financiero rígido a tra­vés de un decreto del Ejecutivo. Pero lo lamentable es que la actitud de los legis­ladores demuestra su falta de equilibrio para manejar las finanzas del país, más todavía en momentos harto delicados como este en que estamos en la emergen­cia más grave de los últimos tiempos a causa de la pandemia. En el proyecto de presupuesto, el Ejecutivo había desesti­mado incorporar nuevos funcionarios en el plantel estatal, excepto en Salud y en las Fuerzas Públicas. Tampoco incluyó ningún tipo de aumento salarial ni remu­neraciones adicionales y recortó viáti­cos, compra de vehículos y combustibles, entre otras erogaciones, debido a la esca­sez de recursos.

El proyecto de presupuesto para el 2021 elaborado por el Ejecutivo y enviado al Congreso asciende a 85 billones 795 mil millones de guaraníes y la suma actual, con los agregados de Diputados y Senado­res, llega a 92 billones 268 mil millones de guaraníes, lo que representa 6 billo­nes 473 mil millones de guaraníes más, es decir, un aumento del 7,54 %.

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El incremento no es muy alto, como sos­tienen algunos legisladores para justificar las alzas realizadas. Pero no se trata de que el porcentaje sea alto o bajo, sino que es más plata que el Estado se verá obli­gado a conseguir ya sea con préstamos o con emisión de bonos, ya que sus ingresos no alcanzan para pagar sus gastos.

Del monto previsto en el proyecto pre­supuestario del Ejecutivo para los gas­tos, que son 85,7 billones, 11,2 billones se financiarán mediante créditos, lo que quiere decir que para cubrir la totalidad tendrá que prestar el 13%. En el proyecto de ley aprobado por el Senado el total de gastos será de 92,2 billones de gua­raníes y para cubrirlos el Estado tendrá que prestar 17,4 billones de guaraníes, el 18,8%. Con el proyecto aprobado en el Senado el dinero que deberá conseguir prestado el Gobierno para financiar sus gastos sube en 55%, ya que en lugar de obtener créditos por 11,2 billones tendrá que prestar 17,4 billones de guaraníes.

Como puede verse, el Legislativo en lugar de admitir la propuesta del Ejecu­tivo de ajustarse los cinturones ante el fuerte impacto de la crisis que afecta a las finanzas del Estado incrementó gas­tos corrientes. En muchos casos está qui­tando plata de los gastos no rígidos y los pasa a los rígidos, obligando a la adminis­tración estatal a erogar más dinero, aun­que no lo tenga.

El viernes último, el ministro de Hacienda afirmó que la postura del Poder Ejecutivo es que ni las recategorizaciones de los funcionarios ni la creación de nue­vos cargos se harán sin el concurso previo correspondiente. También aseguró que no se pagarán los aumentos salariales que había autorizado el Congreso sin acuerdo del Ejecutivo ya en el 2019 y que hasta ahora se encuentran congelados.

El Poder Legislativo tiene tiempo hasta el 20 de diciembre para hacer las modifica­ciones en el proyecto de ley y así afinar los números de acuerdo con la realidad finan­ciera del Estado. No se puede desconocer la situación que se vive en estos momen­tos que está marcada por el aprieto en las finanzas públicas. Por ello lo que se espera de los legisladores es cordura y sentido patriótico en sus decisiones.

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