Debido a la pandemia y sus consecuencias en el área eco­nómica y social, la mayor parte de las familias del país es más pobre por la caída de sus ingresos. Esto hizo que un gran porcentaje de las mismas tuviera problemas para pagar sus deudas. Otro grupo encontró difi­cultades para conseguir ocupación. En muchos de los hogares tuvieron al menos algún miembro que se sintió solo o aban­donado a causa de la sicosis atribuida al coronavirus, en tanto que se registra­ron grupos que tuvieron problemas para conseguir alimentos, mientras que en un pequeño porcentaje se reportaron con­flictos familiares o de pareja.

Según datos de un estudio realizado en el segundo trimestre por la Dirección Gene­ral de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), el impacto del covid-19 en la economía de las familias del país logró que el 68,5% de las mismas tuviera al menos un miembro con disminución en sus ingresos. Debido a ese fenómeno se encon­tró que, aunque sea un integrante, hallara dificultades para pagar deudas, créditos o alquileres en el 41,8% de los grupos fami­liares. Otro detalle importante es que el 35,8% de los hogares padeció inconve­nientes para conseguir trabajo o iniciar un nuevo negocio, y un 27,7% indicó que algunos de sus integrantes tuvieron sus­pensión de trabajo. El informe revela que en el 26,4% de los hogares hubo al menos un integrante que se sintió solo o aban­donado a causa del coronavirus y que el 14,7% encontró problemas para conseguir alimentos. Se informó también que en 2,7% de los hogares se produjeron conflic­tos familiares o de pareja. Esta percep­ción negativa de la coyuntura que se vio en la encuesta de los hogares del país en el segundo trimestre del año puede hallarse también en la confianza de los consumi­dores y en las expectativas económicas, que han caído en julio, según el Banco Central del Paraguay (BCP).

Eso también se percibe en el pronóstico de los agentes económicos, que en dicho mes predijeron que la economía caerá este año 3,4% frente a lo que habían dicho en junio, cuando previeron un bajón del 2,5% para el 2020.

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Lo que indican las encuestas y las previ­siones de los organismos especializados tienen la importancia de reflejar la situa­ción de una gran cantidad de personas, por un lado. Y por el otro muestran tam­bién las expectativas de los que estudian los fenómenos económicos con base a los acontecimientos actuales.

Se podrá preguntar para qué sirven las mismas, ya que con conocerlas no cam­biará nada. Pero tener el conocimiento exacto de las aristas de la coyuntura, como la caída de los ingresos familiares y las perspectivas de cómo irá la situación económica ayudará a hacer un diagnós­tico lo más adecuado posible para encon­trar el remedio a la emergencia en que se vive actualmente.

De cara a este escenario no hay otra reac­ción racional que actuar con más energía y velocidad para mover con mayor fuerza el aparato productivo. El Gobierno debe tomar todas las medidas posibles para mejorar cuanto antes el ingreso de las familias, que se han visto golpeadas por los efectos de la emergencia y recordar que la mejor política que pueda tomar es la que genera más empleos para la gente.

Por ello debe aumentar la ayuda al sector privado a fin de mantener a las empresas en actividad y hacer que las que cerraron vuelvan a operar para que se incremente la contratación de la mano de obra. Incen­tivar más inversiones públicas y priva­das. Ya que con la ocupación de mayor cantidad de trabajadores se incremen­tará el ingreso de las familias, se tendrá un aumento del consumo lo que moverá al sector comercial. Paralelamente, el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) debe concertar medidas especiales con los centros comerciales, supermerca­dos y gremios empresariales que incen­tiven las compras de productos, como la rebaja de precios, ofertas especiales y estímulos varios que descoloquen a los informales y al contrabando.

La ofensiva contra la disminución de los ingresos hogareños encabezada por el Gobierno debe contar con el apoyo de los gremios patronales, los sindicatos de tra­bajadores y organizaciones sociales. Por­que el aumento en los beneficios fami­liares será la clave de cualquier atisbo de recuperación económica.

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