El Gobierno Nacional autorizó el comienzo de la fase 4 de la cuarentena inteligente en una gran parte de la geografía del país, menos en los sitios donde hay mayor número de personas afectadas por el covid-19, que por ello son las zonas más peligrosas para el contagio. La medida se aplica en un momento en que se han registrado 3.721 casos de la enfermedad en todo el país, con un promedio de 79,7 contagios diarios en los últimos 30 días.

La nueva fase permite que haya más acti­vidades de esparcimiento y reunión de personas, siempre tomando los cuida­dos recomendados. Los lugares donde seguirán rigiendo todavía las normas de la fase 3 son los departamentos de Alto Paraná y Central, además de la ciudad capital del país.

La mayor apertura es una disposición positiva que ayudará además a que haya más movimientos para las entidades y personas que deben trabajar. Se podrán juntar hasta 50 personas en las salas de teatro y de cine, donde deberán man­tener una distancia de 2 metros. En los centros de culto religioso se permite hasta 50 feligreses, frente a los 20 auto­rizados anteriormente. Se podrán reali­zar actos culturales y de enseñanzas con una presencia de hasta 50 individuos. Se autorizan las reuniones sociales con hasta 10 asistentes.

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Asunción, el departamento Central y el de Alto Paraná, donde siguen rigiendo las normas de la fase 3, al 19 de julio tenían 2.340 casos confirmados de coronavirus, lo que representa el 69% de los 3.721 con­tagiados en todo el país hasta esa fecha. Alto Paraná es el que más casos presenta, con el 50% de los pacientes fuera de albergues, seguido por Central, con 28%, y Asunción con 9%. El 72% de los 3.721 casos registrados hasta el 19 de julio está haciendo la cuarentena fuera de alber­gues y el 28% está siendo albergado en distintas instituciones.

Pero lo más llamativo del panorama sanitario es el extraordinario creci­miento que han tenido en las últimas semanas los nuevos casos. Las cifras registradas por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social son muy inquietantes: en la semana del 12 al 19 de julio se detectaron 901 nuevos casos de la enfermedad, con 9 fallecidos. Y en las últimas dos semanas se totalizaron 1.336 nuevos contagiados.

Los datos de los últimos 30 días son tan contundentes por los nuevos contagios que son para preocuparse. Del 19 de junio hasta el 19 de julio, se han registrado 2.391 nuevos casos de covid-19, lo que quiere decir que en ese lapso de tiempo se produjo un promedio de 79,7 conta­gios por día. Es que de los 1.330 casos que había en la mañana del 19 de junio las cifras ascendieron a 3.721 la noche del 19 de julio. Los nuevos contagios de las últi­mas 30 jornadas representan el 64,2% de todos los casos que se han dado en el país desde el inicio de la pandemia.

Aunque el inicio de la fase 4 es para ponerse contento por lo que implica en materia de liberación de las ataduras de la pandemia, no hay que perder de vista que las cifras de nuevos enfermos y falle­cidos han aumentado muy fuertemente. Lo que significa que el país, en términos de salud, está actualmente peor que a mediados de junio.

Una importante porción geográfica estará más libre de las restricciones de la cuarentena, pero por el peso que adquiere la enfermedad con los nuevos casos hay que encender la alarma. Esta­mos entrando a una etapa alarmante de la pandemia por el incesante aumento de contagios.

Los indicios que se tienen sobre la pro­gresión del mal son de cuidado, por lo que la ciudadanía debe adquirir concien­cia del momento que se vive. Y no porque algunos lugares pasaron a situaciones con más libertad hay que dejar los cuida­dos que se exigen, pues el peligro sigue existiendo y con más fuerza.

La exención del aislamiento de un vasto sector obliga a que se asuma un mayor compromiso con el país y su gente. Hay que convencerse que más que antes deben tomarse los cuidados sanitarios recomendados para combatir la enfer­medad en todos los frentes.

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