Teniendo en cuenta el fuerte avance de la pandemia del covid-19 en el mundo, su alta repercusión en nuestros países vecinos, especialmente Brasil, y la gran cantidad de nuevos casos en Paraguay, es el momento de unirse y de realizar todos los esfuerzos para enfrentarla.
A esta altura de las circunstancias, una cosa parece imprescindible para ese objetivo: el compromiso de la ciudadanía para encarar la enfermedad. Esto solo se podrá lograr con una mayor educación sanitaria, más conciencia de la situación que vivimos y un férreo control de la conducta de las personas en aras del bien común, que es la salud y la seguridad de todos.
Como amenaza aterradora, nuestro vecino Brasil sigue teniendo el triste privilegio de ser el segundo país del planeta con más casos de la enfermedad, pues ha llegado el 1 de julio a 1.426.913 contagiados con 60.194 fallecidos, algo más del 11% de todos los que han muerto hasta ahora en el mundo. También en la Argentina el número de casos de coronavirus ha aumentado fuertemente en las últimas semanas, pues ha alcanzado 64.530 contagiados con 1.310 decesos, por lo que su gobierno decidió endurecer el enclaustramiento social por varias semanas más. Bolivia no se ha quedado atrás, pues actualmente contabiliza 33.219 casos con 1.123 fallecidos que causan la intranquilidad social y la preocupación de sus autoridades.
Con dos de nuestros principales vecinos que se debaten en la angustia de la pandemia hemos iniciado un nuevo mes del año, a pocos días de cumplirse el cuarto mes de la declaración de la cuarentena, con pronósticos delicados sobre lo que nos espera en materia de salud, ya que julio podría ser uno de los más complicados. En las últimas semanas de junio se ha multiplicado el número de contagiados de una manera sorprendente, lo que hace presumir que hay razones para el temor que abrigan las autoridades. Tanto que en el último mes se han dado 1.265 nuevos casos, un aumento del 127% en 30 días. Hasta ayer teníamos 2.260 contagiados de coronavirus con el saldo de 19 decesos, frente a los 995 casos y 11 muertos de hace un mes atrás.
El ministro de Salud indicó que en este mes podríamos entrar en la etapa más crítica de la enfermedad. Esto ante la aparición de los cuadros respiratorios propios de la estación invernal y de varios casos graves de covid-19 que se han registrado. Agregó que últimamente se nota que los contagios de la enfermedad se dan especialmente en el ámbito social, como muestra de que no se respetan los protocolos en los casos de aglomeraciones de personas, en reuniones sociales de diversa índole. A esto se añade la preocupación de que varias personas que fallecieron han llegado a los hospitales con cuadros muy graves de la enfermedad, muchas veces sin entrar siquiera a terapia intensiva.
Ante este panorama nada tranquilizador, hay que insistir en redoblar los esfuerzos y multiplicar el fervor de la lucha. Es imposible pensar que la solución será volver al encierro debido a sus graves consecuencias económicas. Hay que tomar las precauciones y cumplir los cuidados sanitarios con el fervor de un acto de fe religioso y de responsabilidad patriótica. Para que la ciudadanía no se relaje y comprenda que la única solución es el cuidado, el Gobierno tiene que hacer una fuerte campaña educativa para enseñar y convencer a la gente cómo comportarse. No bastan las conferencias de prensa, como creen algunas autoridades, sino que debe encarar una política de comunicación efectiva, un enlace que le haga la conexión directa con la gente.
Con la tarea educativa debe lograr que los ciudadanos actúen con compromiso y responsabilidad en el cuidado sanitario propio y de los demás, con el celo de los nuevos conversos y la pasión de los fanáticos. De cada ciudadano y su correcta actuación depende, al fin de cuentas, que esta guerra culmine con menos enfermos y decesos de lo que prevén los estudios.
Para ello es imprescindible controlar el comportamiento ciudadano mediante elementos coercitivos adecuados y, si se da el caso, el castigo legal. Pero nunca confiar solamente en lo que ya se ha hecho y dicho, sino insistir en educar y convencer para el compromiso ciudadano.