Con un largo decreto de 14 páginas en que detalla todas las normas que regirán, el Gobierno Nacional autorizó la apertura de la fase 3 de la cuarentena denominada inteligente. La mayoría de los servicios y ciertos sectores económi­cos que más se habían visto perjudicados por el encierro y que pudieron sobrevivir inician una nueva etapa con el propósito de activar su recuperación. Las empre­sas que tuvieron que cerrar sus puertas y despedir trabajadores procurarán res­tañar sus heridas y ver si pueden volver a empezar.

Gran parte de la actividad económica comienza con esperanzas este nuevo capí­tulo para reactivar su trabajo, producir bienes y servicios y poder comercializarlos para pagar las cuentas y seguir adelante. Esta fase de la cuarentena tiene la impor­tancia de que permite proseguir la carrera que ya se había arrancado y que fue abrup­tamente interrumpida por la emergencia sanitaria.

El encierro obligatorio ha causado un for­midable daño a numerosos sectores, gol­peando duro a muchas empresas y cas­tigando a gran cantidad de personas que han quedado sin posibilidad de ganarse el sustento. Toda la sociedad ha sentido el impacto del cual se quiere ir reponiendo. No se sabe mucho de cuánto y cómo será la recuperación, pero si hay actividad econó­mica, lo que nos espera no puede ser peor que lo que se ha vivido en los últimos meses.

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Los grupos más castigados hasta abril, de acuerdo con el Banco Central del Paraguay, han sido la venta de vehículos automoto­res, prendas de vestir y combustibles. El comportamiento de estos sectores tuvo una variación de entre el -41,1% (venta de com­bustibles) y -55,4% (colocación de rodados) si se lo compara con abril del 2019. Las pren­das de vestir cayeron 50,4% en sus ventas.

Otros grupos también afectados negati­vamente han sido la compra de equipa­mientos de hogar (-27,1%), materiales de construcción (-19,3%), comercialización en supermercados (-4,5%) y venta de pro­ductos químicos farmacéuticos (-2,6%). Los servicios de telefonía móvil fueron la excepción y lograron obtener un creci­miento del 19%.

En el campo de los servicios, el sector gas­tronómico ha sido uno de los más golpeados en los últimos tres meses. Ha tenido que suspender en su totalidad su producción y comercialización, lo que ha afectado a alre­dedor de 50.000 trabajadores del área.

Debido al difícil panorama vivido hasta ahora el comienzo de la nueva etapa de la cuarentena constituye un punto de espe­ranza cierta para la reactivación econó­mica. Se estima que en esta fase volverán a las actividades alrededor de un millar de restaurantes y locales afines en la capital y Área Metropolitana, que con el efecto multiplicador de sus tareas movilizarán a gran cantidad de proveedores, trans­portistas y clientela en general. Si se logra poner en marcha a los patios de comida de los grandes centros comerciales con la modalidad de restaurante, como se pre­tende, el movimiento será aún más consi­derable.

El decreto que reglamenta la nueva etapa permite que la apertura de los locales de comida y atención al público puedan estar disponibles hasta las 23 de domingos a jueves y hasta la medianoche los viernes a sábados, lo que hará posible que mayor cantidad de gente vaya a esos locales a reci­bir los servicios que prestan, con el consi­guiente movimiento económico que repre­sentará.

La prosecución de la apertura del encierro con nuevas medidas que permitan operar a más empresas que volverán a contratar empleados es un hito importante en este proceso hacia la normalidad. El Ministerio de Trabajo afirma que en esta fase 30.000 personas reanudarán sus tareas.

Esto hace pensar a los analistas que la caída de la economía este año en el país no sería tan dura y que en el segundo semestre se podrán conseguir fuertes aumentos en la actividad económica que impulsen la recu­peración tan esperada. Pero todo depende en gran medida de la conjunción entre el dominio del contagio de la enfermedad y de la energía en mover el aparato productivo. Para lo cual se necesitarán medidas muy importantes del Gobierno, como líneas de crédito especiales, que no están llegando suficientemente y el fuerte impulso a las obras de infraestructura que posibilite muchos nuevos empleos.

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