La problemática de los cuidaco­ches, el cobro de altas tarifas y sobre todo las extorsiones entró nuevamente en discusión hace unos días, debido a la celebración de la final única de la Copa Sudamericana entre Colón de Santa Fe, de Argentina e Inde­pendiente del Valle de Ecuador, en Asun­ción. El tema fue largamente debatido, debido a que los mal llamados cuidaco­ches pedían hasta 50.000 guaraníes por “garantizar la seguridad de los vehículos” de los hinchas que iban a asistir al encuen­tro deportivo.

Si bien no se cumplió a cabalidad, la deci­sión adoptada por la jueza María Luisa Bajac de prohibir que estos trabajadores informales se instalen y cobren por esta­cionar en las inmediaciones de La Nueva Olla, donde se jugó la final de la Copa –hubo varios incidentes con algunos de ellos– dejó un muy buen antecedente. La jueza de Primera Instancia de la Niñez emitió una medida cautelar con relación al amparo promovido por el defensor del Pueblo, Miguel Godoy, contra la Asocia­ción de Cuidadores de Vehículos de Asun­ción y Área Metropolitana.

Es de celebrar dicha medida, debido a que desde que estos se instalaron, principal­mente, en las calles de Asunción, siem­pre extorsionaron a la gente y en muchos casos, si no se cedía a sus exigencias, recu­rrían a la violencia dañando los vehícu­los e incluso agrediendo a las personas. Existe una total falta de garantía de parte de las instituciones de seguridad y la Municipalidad de Asunción. Es de creer que existe complicidad entre los cuidaco­ches y estas instituciones.

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Incluso, el propio ministro del Interior, Euclides Acevedo, reconoció que hay poli­cías que se llevan un porcentaje de las ganancias de los cuidacoches. Si bien, dijo que los que sean “pillados” que están com­plicados con estos extorsionadores serán dados de baja, la ciudadanía no se siente respaldada.

En febrero del 2016, el entonces concejal de Asunción, Daniel Centurión, había pre­sentado una minuta en la que solicitaba la prohibición de limpiavidrios y cuida­coches en todas las calles de la ciudad de Asunción. Hubo una serie de entredichos y manifestaciones tanto entre los conce­jales, el intendente Mario Ferreiro y los trabajadores informales. Nunca se pudo poner en práctica dicha medida. Tanto los cuidachoches como los limpiavidrios siguen tan campantes “trabajando” en las calles.

La Asociación de Cuidacoches solicitó una reunión con la Municipalidad de Asun­ción, la Policía Nacional y el Ministerio de Trabajo a fin de solucionar las problemá­ticas del rubro. Estos pretenden salir de la informalidad y sugieren que las autori­dades otorguen un uniforme diferencial a los miembros de la asociación para dis­tinguirse de los “infiltrados” a fin de que los cobros por el cuidado y otros servicios sean regulados y controlados evitando así las estafas.

Con ello quieren volver lícito este negocio ilícito. Con ello quieren obligar a las per­sonas a pagar por un “servicio” que no se necesita y que lo único que hace es atentar contra los derechos de la ciudadanía. Es hora de que las autoridades cumplan con la ley y tomen las medidas correspondien­tes para evitar que estas personas coac­cionen a la ciudadanía.

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