Las proyecciones realizadas por algunos organismos especializados sobre el panorama de la economía paraguaya durante este año llaman la atención porque hablan de que tendría menor crecimiento debido al influjo de la sequía en la producción agrícola. El aumento estimado del 4% para este año está en riesgo por el fenómeno climático, que ya sabemos ha impactado sobre todo en la menor producción de soja, nuestro principal producto agrícola y el número uno en nuestras exportaciones. Aunque el impacto de este bajón podría no ser tan importante en la variación del producto interno bruto (PIB), ya que se considera que actualmente el sector primario tiene un menor peso en las cuentas nacionales, de acuerdo a la evaluación de los especialistas de la economía.

Claro, esta es la apreciación de los estudiosos, que solo miran los números desde un gabinete, porque una menor producción de soja y otros productos agrícolas tiene un fuerte impacto económico y social, ya que afecta a los productores, a los trabajadores, a los transportistas y a los comerciantes al haber menor movimiento y menos dinero en el renglón.

Señalan que otro efecto adverso de la falta de lluvia en el campo es que se achicaría el superávit comercial, ya que, al haber menos exportaciones, frente a similar movimiento importador, podría caer esa diferencia en alrededor de 500 millones de dólares y sería inferior a lo que se consiguió en el 2018. En el 2017 la diferencia entre lo exportado y lo importado alcanzó 1.900 millones de dólares a favor del país porque se vendió mucho más de lo que se compró. Este año podría llegar tan solo a 200 millones de dólares.

La seriedad de los estudios realizados por entidades privadas de gran nivel no admite dudas en sus conclusiones, aunque la realidad podría tener variaciones, para más o para menos, de acuerdo a cómo se vayan desarrollando los hechos.

A estas previsiones que, como tales, hablan del futuro, tenemos que añadirles los hechos reales ya constatados en el desarrollo de la economía en los meses anteriores para tener un panorama más completo. Las cifras encontradas no son las mejores, por lo que conviene conocerlas y tomar las medidas que los hechos aconsejan.

Un informe del Ministerio de Hacienda conocido esta semana refiere que el comportamiento de la economía es para tener cuidado. Solo en el mes de enero, se ha constatado que las inversiones físicas realizadas por el Gobierno central tuvieron una caída del 34% comparado con igual período del año pasado, que se suma a bajones similares en los últimos meses del 2018.

También se ha constatado que los ingresos fiscales sufrieron una disminución del 2,3%, en tanto que los gastos realizados por el Gobierno tuvieron un incremento del 20,8%, con lo que tenemos el desajustado balance de que mientras los ingresos disminuyen las erogaciones del Estado están aumentando.

En consecuencia, el país se está encontrando ante un panorama de cuidado, que no es para alarmarse mucho, pero que debe llamar la atención a las autoridades porque obliga a tener mayor rigor en la gestión económica, más prudencia en los gastos y muestra la necesidad de que se aumenten rápidamente las inversiones.

Por eso es urgente que las autoridades económicas tomen nota de las previsiones y de las cifras del comportamiento económico último, para tomar conciencia de la realidad y empezar a trabajar frente a ella.

Y, una vez más, hay que insistir en la grave responsabilidad que tiene en esta situación el Poder Ejecutivo. No se puede admitir que en enero pasado este gobierno haya invertido 59.000 millones de guaraníes menos que lo que se invirtió en enero del 2018 porque está perjudicando al país y alentando los malos pronósticos.

La administración actual debe sacudirse y emprender de una vez una enérgica acción para dinamizar las obras públicas, derramar en el circuito económico millones de dólares para movilizar la economía y dar esperanzas a la ciudadanía. Si no lo hace, lastimosamente los malos pronósticos pueden concretarse en realidad y traer dolores de cabeza que se deben evitar.