Con gran celeridad y eficiencia, las instancias pertinentes del Gobierno actuaron al detectarse el ingreso de carne faenada desde el Brasil para un frigorífico en la zona de Con­cepción sin contar con los permisos sanitarios de rigor. La primera medida que adoptaron al comprobarse la irregularidad fue suspender a la industria mencionada, tomar los recau­dos necesarios para defender el cumplimiento de las normas y la clara actitud de no permi­tir ninguna irregularidad que pueda afectar la seguridad de los paraguayos y el buen nombre de Paraguay como exportador de carne.

En acertada decisión, el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) decidió suspender la importación y exportación de todas las plantas del frigorífico en cuestión. La medida restrictiva durará todo el tiempo que lleve obtener resultados del sumario adminis­trativo que se instruyó desde el Senacsa a la empresa a partir del lunes último para dirimir lo realmente acontecido. El principal problema de la carga importada desde el Brasil es que no tenía los permisos sanitarios del Senacsa, que son los documentos que garantizan la inocui­dad y seguridad del alimento.

Por lo tanto, la institución correspondiente ha actuado adecuadamente para hacer cum­plir las normas que rigen para el ingreso de ese tipo de mercaderías en el Paraguay, a pesar de las debilidades de los pasos fronterizos, que a menudo son escenario de todo tipo de irregu­laridades.

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El propio ministro de Agricultura y Ganadería ha sido muy claro y contundente en la mate­ria. "Esto no se volverá a repetir", afirmó cate­góricamente al comentar el ingreso irregular al país de los camiones con carne brasileña. Agregó que el Poder Ejecutivo ha tomado muy en serio la situación y han recibido instruc­ciones de reforzar los controles de la carne en rutas.

El secretario de Estado mencionó que este tipo de hechos puede afectar la credibilidad del país ante los mercados internacionales y que las exportaciones dependen justamente de esa credibilidad y la seriedad que demuestre el Paraguay en sus acciones. Esto considerando que el hecho puede constituir una alerta para algunos mercados.

El presidente de la Cámara Paraguaya de la Carne alabó la gestión de los organismos esta­tales en esta ocasión y dijo que mediante ella se está salvaguardando el prestigio del país en ese renglón. Dijo que el incidente no afec­tará la exportación cárnica paraguaya, porque este cargamento estaba destinado al consumo interno y no a la reexportación, que es muy complicada, por lo que los mercados verán con buenos ojos la adecuada actuación del Senacsa. Aclaró que es por eso que está prohibido que los frigoríficos que reciben importaciones realicen exportaciones.

No se puede dejar de puntualizar que las car­nes importadas que no tienen el aval sanita­rio de rigor tampoco deben ser destinadas al consumo interno, por la sencilla razón de que también el mercado local requiere de las segu­ridades apuntadas. Y por ello el organismo sanitario ha decidido su destrucción.

La experiencia demuestra que los ilícitos exis­ten y siempre los habrá, porque es parte de la conducta de las personas. Lo importante, como se ha demostrado en esta ocasión, es que hay que detectarlos, castigar a los culpables y recti­ficar los errores cometidos. Porque el cumpli­miento de las normas no es optativo sino obli­gatorio.

Por eso es muy reconfortante ver en esta oca­sión el apego al cumplimiento de las leyes y la voluntad de hacerlas observar efectiva­mente que han demostrado los organismos del Estado.

Han mostrado al mundo que en el Paraguay no es optativo cumplir las normas, que su obser­vancia nunca puede ser objeto de negociación alguna, y que su no cumplimiento será casti­gado indefectiblemente como corresponde.

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