“Es un caso especial de una empresa privada que es la que pone la nave que va a llevar el proyecto israelí adelante, es una experiencia nueva”, dijo el astrónomo Blas Servín al comentar el lanzamiento que ocurrirá esta noche.

Israel busca así convertirse en el cuarto país en conquistar la Luna después de Estados Unidos, Rusia y China a través del proyecto Spaceil, una iniciativa privada en colaboración con la Industria Aeroespacial de Israel, financiada por varios filántropos judíos.

Yigal Harel, jefe del programa espacial de Spaceil, mostró ayer el dispositivo parecido a una gran araña mecánica en el que los ingenieros del proyecto trabajaron 7 años.

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“Lo que va a hacer es medir el campo magnético y recoger datos para comprender mejor la formación de la Luna porque teóricamente la Luna se formó por un impacto que tuvo la tierra con un objeto del tamaño del planeta Marte”, recordó Servín. “Van a estudiar si realmente la Luna es parte de la tierra”, agregó.

El especialista recordó que cuando ocurrió ese impacto, hace unos 4.500 millones de años, este arrancó material de la superficie terrestre y las rocas quedaron orbitando alrededor de la tierra. “De ellos, muchos fueron atraídos nuevamente a la tierra y otros fueron uniéndose por acreción (el crecimiento de un cuerpo por agregación de cuerpos menores) con otros materiales y así se formó la Luna”, expuso.

La nave parte a las 22:45, hora de Paraguay, y será transmitido en directo por la página Spaceil.com.

Lo hará desde Cabo Cañaveral a bordo del cohete Falcon 9 de la compañía privada Space X del magnate de Silicon Valley, Elon Musk, también fundador de la firma Tesla.

La carga principal del Falcon 9 será un satélite de comunicaciones mucho más grande que la sonda israelí. La idea es que se pose en la superficie lunar tras orbitar por unos dos meses dibujando elipses alrededor de la Tierra. “Es una forma de ahorrar combustible y asegurarnos un aterrizaje suave. Por eso cuando llegue a su destino pesará tan solo 180 kilos”, explicó el jefe de la misión.

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