Nunca pensé en preguntarles esto, pero ¿están seguros de que yo escribí este artículo hoy? Probablemente piensen que estoy loco si les pregunto esto, pero hoy en día nos encontramos con una nueva maravilla de la ciencia que, como todo en la vida científica, tiene claros y oscuros. Hoy les hablo del Chat GPT.

Chat GPT es un modelo de procesamiento de lenguaje desarrollado por OpenAI en el 2018, basado en el modelo de lenguaje por inteligencia artificial GPT-3 que ha sido entrenado con un gran volumen de texto en diversos idiomas, lo que le permite generar textos coherentes y naturales. Al igual que en las novelas de Isaac Asimov, en el desarrollo de GPT-3 se tuvo en cuenta la ética en la programación, ya que se trata de un modelo de procesamiento de lenguaje que puede ser utilizado en una amplia variedad de ámbitos y debe estar diseñado para garantizar la justicia y la transparencia en su uso. La inteligencia artificial es un campo en constante evolución, con orígenes remontándose a la década de 1950. Sin embargo, ha sido en las últimas décadas cuando ha experimentado un auge en su desarrollo y aplicación en diversos ámbitos, incluyendo el sector laboral. En este ámbito, las tecnologías de inteligencia artificial han demostrado su capacidad para automatizar tareas repetitivas y mejorar la eficiencia en el proceso de toma de decisiones. Este nuevo programa puede ayudar a ahorrar tiempo y esfuerzo en la revisión manual de documentos, lo que se traduce en una mayor eficiencia y una reducción de costos. Esto se hace con el uso de algoritmos y procesos que la inteligencia artificial va “aprendiendo” e internalizando, alimentándose de las interacciones con la gente y evolucionando en sus conocimientos en ese ínterin. Está al alcance de todos en casi todos los idiomas y usted mismo lo puede experimentar ahora si tiene una conexión a internet.

Pero como todo en la tecnología tiene sus bemoles. Una de las principales preocupaciones a este respecto es la falta de transparencia en la toma de decisiones de los algoritmos, lo que puede llevar a resultados injustos. También existe el riesgo de reemplazar el juicio humano con la automatización, lo que puede tener consecuencias negativas. Siguiendo con las referencias a la literatura de ciencia ficción, otro posible riesgo inherente a estas tecnologías de procesamiento del lenguaje es convertirse en una suerte de dispositivo como el “hablaescribe” de la novela “1984″ de George Orwell utilizado por el gobierno totalitario del libro para controlar la información y la comunicación de la sociedad, registrando así todas las conversaciones y escritos de las personas.

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El futuro del lenguaje humano ejecutado por máquinas, sin duda, ya está aquí. Con unas pocas indicaciones (o “prompts” como se les suele llamar en la jerga anglosajona) son capaces de generar un texto con un alto nivel de coherencia y precisión. No obstante, este no está exento de imprecisiones y errores, por lo que siempre serán necesarias la revisión y verificación de la información por parte de un especialista, tal y como lo necesita el famoso Wikipedia. Y el primer campo en el que uno puede pensar es en el mundo de los contenidos y la educación en salud creando por ejemplo coachs de salud operados por IA, el desarrollo de tableros personales de estados de salud que sean útiles como monitores de comportamiento, por supuesto interconectados con dispositivos wearables o asistentes inteligentes para equipos de salud y pacientes. En una fase posterior es posible que estos desarrollos puedan ayudar en tareas más complejas como detección de patrones específicos de texto o voz que puedan predecir enfermedades como los síndromes demenciales o trastornos del movimiento e inclusive incursionar en salud mental con base en patrones de búsqueda.

El problema es que un desarrollo completo de la inteligencia artificial se rediseñaría a un ritmo cada vez mayor. Los humanos, que estamos limitados por la lenta evolución biológica, lo tendríamos cada vez más difícil para competir y el miedo del reemplazo se tornaría real. Algunos dirán que exagero y estoy DE LA CABEZA, pero les repito para terminar ¿qué me dirían si les digo que este artículo no ha sido escrito por mí? Nos leemos en siete días.

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