Por el Dr. Miguel Ángel Velázquez

Dr Mime

Por amor. Por aburrimiento. Al escuchar “Y sin embargo” de Sabina. O lo hacemos de manera automática. Por resignación. Por miles de motivos quizás, pero todos los seres humanos que vivimos sobre la faz de la tierra, los que lo han hecho, y los que lo harán, suspiramos alguna vez. También lo utilizamos en la comunicación con otras personas. Un suspiro sirve para expresar que no sabes qué pasará o, incluso, para indicar que lo te dicen te produce hartazgo o aburrimiento. Sin embargo, a pesar de la gran versatilidad de los suspiros en la comunicación y de que la ciencia ha demostrado que, en la mayoría de las ocasiones, los suspiros se asocian con situaciones emocionales, también tienen una importante función puramente fisiológica.

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El suspiro sirve principalmente para inflar los alvéolos pulmonares, que son unos pequeños saquitos que están en los pulmones y que se encargan de introducir oxígeno en nuestra sangre y expulsar el dióxido de carbono. Aunque la respiración se ejecuta, principalmente, de manera involuntaria, su ritmo habitual es insuficiente para mantener al cuerpo con vida y por ello, de vez en cuando, hay que realizar una respiración profunda. El suspiro. Así que, inicialmente, podemos decir que el suspiro puede tener cierto grado de vital importancia, al menos, en lo que la oxigenación del cuerpo se refiere. Es más, como no se conocía la importancia del suspiro hasta hace pocos años, las primeras máquinas de respiración artificial no lo imitaban. Por esta razón, algunos pacientes que fueron tratados con ellas llegaron a morir sin expulsar un último suspiro. Afortunadamente, hoy en día estas máquinas ya cuentan con la función de proporcionar, de vez en cuando, una respiración profunda a imitación de la orden que da... nuestro cerebro.

Sí...!!! El suspiro se produce por una orden cerebral...!!! Y de esto se encargan dos grupos de neuronas que se encuentran en el tronco del encéfalo (la zona que une el resto del cerebro con la médula espinal). Cuando los científicos descubrieron estos grupos se sorprendieron de que eran grupos de poquísimas neuronas, la escasa cantidad de neuronas que los formaban. Y como vimos que la función de los suspiros es fisiológica, están programados por nuestro sistema nervioso para aparecer y salvarnos la vida... aproximadamente una vez cada cinco minutos en promedio.

El descubrimiento de la “zona de los suspiros” en el tronco cerebral y, sobre todo, su razón de ser, fue un gran paso de la ciencia, sobre todo para aquellos pacientes que no pueden realizar por ellos mismos una respiración correcta. Con la tecnología correcta, los científicos podrían estimular los suspiros de un paciente que tenga insuficiencias respiratorias o detenerlos si fuesen consecuencia de un trastorno de la ansiedad. Sin embargo, lo que todavía no es claro es qué tiene que ver el aumento de los suspiros con las emociones, ya que en situaciones de estrés, los suspiros se disparan en comparación con los momentos de relax. Sin embargo, lo que todavía ha quedado por establecer es la relación entre el plano emocional y el aumento de los suspiros. Los científicos afirman que en situaciones de estrés los suspiros se disparan en comparación a los períodos de relajación.

Si bien algunas personas consideran que el acto de suspirar es de mala educación, después de leer la columna de esta semana les podés decir que estás DE LA CABEZA y que solo te preocupás de la salud de tus alvéolos pulmonares, mientras suspirás de aburrimiento por su reclamo. Nos leemos la semana que viene.

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