Por Felipe Goroso S.

Columnista.

Twitter: @FelipeGoroso

Voy a iniciar con una obviedad absoluta: los medios tienen sus intereses. Podrán ser políticos, económicos, son múltiples y diversos. A lo largo de la democracia, hemos visto cómo la influencia de los medios de comunicación viene en aumento, incluso con el arribo de las redes sociales, han sabido adaptarse y tomarlas como elementos a favor de su fortalecimiento. A los medios se los cuestiona permanentemente, a veces, con la misma dureza que ellos lo hacen. Y, en algún punto, está bien que así sea.

Aun así, estoy convencido de que todavía habrá mucho más que observar y analizar en esta, a veces, tumultuosa relación entre medios y ciudadanía. Una de ellas es sin duda alguna la transmisión de los partidos de la Albirroja en estas eliminatorias. Luego de todo lo que rodeó a la venta de los derechos de transmisión en el 2015, algunas cosas debían cambiar. Y así fue, pero esos cambios implicaron transparencia y con la transparencia vino un mayor control y el aumento del costo del negocio. Y en ese punto, nuestro país lleva las de perder incluso ante otros países que en apariencia están en peores condiciones económicas que las nuestras. Por ejemplo, ahora la venta de derechos de transmisión se hace por lote, esto es y dicho muy en sencillo: se puede comprar los partidos que la Albirroja juegue de local a un precio, comprar los partidos que la selección paraguaya tiene como visitante es otro lote y otro precio, ni hablar de todos los partidos de las demás selecciones, este último era el formato que conocimos hasta que todo explotó en el 2015. Este tipo de cosas es el que realmente nos pone en el lugar que nos corresponde y no el que intentan vendernos en las publinotas en Clarín o la BBC Mundo.

Sin embargo, contra todo lo expuesto y otros puntos que seguro no están incluidos, algunos propietarios y directorios de medios de comunicación siguen empujando en este rubro al que todavía le queda muchísima vida útil en Paraguay. Es lo que vimos en la noche del sábado cuando se hizo público que el Grupo Nación, liderado por Horacio Cartes y un grupo de ejecutivos y periodistas de primera, había logrado adquirir los derechos de los partidos de la Albirroja jugando de visitante y muchos de los partidos de las demás selecciones. Ambos puntos eran reclamos que la gente venía planteando con cada vez más fuerza en cada círculo de amigos o red social. Pasa que la Albirroja sigue y seguirá siendo un elemento común convocante y movilizante, más allá de los resultados. Si no, fíjense lo que fue el acompañamiento de la gente al bus que transportaba a la selección para su partido contra Perú. La Albirroja sigue y seguirá estando en nuestros genes. Tenemos el gen albirrojo.

La gente necesita algo en que creer, es sociología pura. ¿Será rentable? Se espera que sí, aunque todavía falta para decir eso, lo que sí es seguro es que es una gran apuesta de posicionamiento del Grupo Nación en general y GEN, su canal de televisión en particular.

En política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, el papel de los medios de comunicación también pasa por buscar influencia y posicionamiento.

¡A todo el Grupo Nación y al canal GEN: salud por esta gran decisión!