• Por Jaime Egüez
  • Director del Club de Ejecutivos del Paraguay

Siempre es bueno preguntar qué debemos hacer para tener un Paraguay mejor, cómo agregar un grano de arena en la bolsa que necesitamos para hacer de nuestro país un lugar más seguro, más justo, más humano. Necesitamos ponernos de acuerdo en qué patria queremos despertarnos cada mañana.

Definitivamente el concepto “isonomía”, que significa igualdad entre todos, no es una palabra conocida para un grupo en el Congreso. Si bien arrancamos de un proceso de renovación parcial de este poder del Estado, que tiene como función esencial la sanción de leyes para un mejor desempeño de todos los ciudadanos, no deja de sorprendernos cada semana con la actitud colegiada de algunos de sus integrantes.

Al igual que muchos ciudadanos nos hemos enterado de que existen dos tipos de verdades gracias a las intervenciones en los medios de algunos congresistas. Existen la verdad jurídica y la verdad política. Ingenuamente puede pensarse que solo existía una verdad y que la misma se aplicaba a todos los ciudadanos generando isonomía, la verdad jurídica, la que nos hacía iguales ante la vigencia de las leyes y un sistema institucional. Y si se consideraba que alguna verdad era aplicable a su interés particular no era justa, tenía los resortes acordados por todos en buscar en el “único órgano de la República para determinar que está acorde a las leyes y la Constitución” el cual es la Corte Suprema de Justicia. La misma que por definición es el último y único órgano para determinar la verdad aplicable a una situación.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Bueno, esa era mi percepción hasta que varios miembros del Congreso me ilustraron que hay dos clases de ciudadanos. El de los ciudadanos de primera que está compuesto por un selecto grupo, que para satisfacer sus necesidades personales pueden acceder a lo que se denomina verdad política, que dentro de mi comprensión entiendo que es una “interpretación particular y aplicable solo a un momento de la historia” para interpretar una ley o un reglamento ajustando su interpretación para que atienda a mi situación particular.

Esta interpretación para ser válida debe tener apoyo de otros ciudadanos, algunos ilustres y si se puede un medio masivo de comunicación para hacerlo valido. Y un factor importante, una verdad política puede ser una en un momento y totalmente opuesta en otro momento de la historia. O sea, es una verdad aplicable según los interlocutores que defienden una verdad política en un momento, pero luego en otro momento están totalmente en contra.

Esta verdad puede en algunos casos ser afín u opuesta a la verdad jurídica. La verdad jurídica se aplica a los ciudadanos de segunda. Creo que es porque la verdad política se usa solo ante grandes problemas nacionales o grandes intereses particulares que un ciudadano de segunda no piensa ni remotamente calificar. Lo más interesante es que luego que aplica este grupo a un tema nacional una verdad política, pasamos semanas intentando resolver todos los problemas que genera esta aplicación. Ahí se generan desde ideas de pedir renunciamientos patrióticos, acuerdos entre partes, negociaciones de intereses, o sea todo lo que un ciudadano de segunda no puede ni soñar entender o menos aspirar. Después de todo, los ciudadanos de segunda debemos todos trabajar intensamente para poder no solo llevar el pan a nuestras casas, sino pagar impuestos para sostener los salarios de los ciudadanos de primera.

Lo que sí puedo garantizar es que a los ciudadanos de segunda solo nos queda la opción que obedecer a la verdad jurídica, me guste o no, y definitivamente me favorezca o no, porque de lo contrario iremos a parar con nuestros huesos en algún centro de detención. En cambio, los ciudadanos de primera no son afectados por este hecho; pueden desobedecer, argumentar e incluso desacreditar una verdad jurídica porque sencillamente son ciudadanos de primera. Hemos instalado un antecedente que es muy peligroso en nuestra sociedad que es decir que lo legal o jurídico no necesariamente es legítimo. La República debe tener un solo sistema que vele por la interpretación de las leyes, que nos garantice igualdad a todos los paraguayos.

Dejanos tu comentario