Por Alex Noguera, periodista, alexfnoguera@hotmail.es

La vida tiene corrientes de magia. Inventa frases que, aunque parezcan paradojas, con el tiempo se vuelven axiomas inmutables. Por ejemplo, “solo se valora la salud cuando se la pierde”. Y es verdad, mientras la persona carece de dolencias juega la vida, la arriesga con atracones. “Todas las penas se quitan cuando se cobra el sueldo” es otra muestra de la efímera que es la memoria. Siguiendo con el tema de los recuerdos, otra de las sentencias más ciertas y dolorosas es, “uno olvida del que tiene hambre cuando ha comido”. ¡Es mágico!

Lastimosamente este escenario se replica en el ámbito laboral. El que tiene un salario asegurado cada fin de mes se ocupa de cómo puede ganar más o qué va a comprar próximamente o dónde puede ir de vacaciones. No se le ocurre pensar en los miles de desesperados que no tienen ingreso económico o cómo darles una mano. No es que sea malo, sino que es la magia de la vida.

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Pocos son los que pueden comer y recordar al hambriento. Muchos menos son los que teniendo un sueldo procuran por los desafortunados. Y, sin embargo, existen. Uno de ellos es Enrique López Arce, el director del Empleo, quien en su cuenta de Facebook habitualmente publica las novedades de su labor. Una de las últimas es el caso de doña Gloria, quien “lloró durante 10 minutos cuando le dijeron que consiguió el empleo”. Oriunda de la ciudad de Areguá, tiene 42 años de edad, es madre y esposa y crió 6 hijos, el primero con síndrome de Down y el último autista. Hacía 4 años que buscaba empleo.

Hurgando en la página del Ministerio del Trabajo podemos encontrar datos muy importantes. Según el Observatorio Laboral con datos de la DGE-MTESS, año 2017, el número de ferias de empleo creció de forma constante luego de un inicio dubitativo. Podemos ver que en el año 2011 no se realizó ninguna, en el año 2012 se concretó la primera, pero en el 2013 nuevamente la cifra cayó a cero. El año siguiente, es decir el 2014, cerró con la gran novedad de haberse logrado 5 ferias. En el 2015 las convocatorias fueron 7, pero en el 2016 comenzó el auge alcanzando el increíble récord de 35 ferias realizadas. Para alegría de “los olvidados”, en el 2017 las posibilidades de conseguir un puesto laboral aumentaron con las 40 ferias organizadas. Ayer, viernes 25 de mayo de 2018, ya se realizó la decimotercera feria en lo que va del año.

En los últimos años hubo grandes avances en cuanto a la convocatoria de interesados en trabajar. Los jóvenes que cada año concluían el Bachillerato sin encontrar respuesta laboral fueron naturalmente el primer gran nicho en atender. Pero no fueron los únicos. También lo fueron las mujeres, los que tenían algún tipo de limitación física debido a accidentes o enfermedad, los indígenas, los universitarios, los que habían abandonado la cárcel luego de pagar su pena con la sociedad, los farmacéuticos, los supermercadistas, los panaderos, incluso los que trabajan en la construcción fueron llamados hace tres días y ayer las personas que tenían entre 35 y 45 años.

Los jóvenes o los que tienen empleo no pueden dimensionar lo que representa llegar a esa edad y no tener una entrada económica. Las empresas prefieren gente con poca edad “sin problemas”, condenando a los mayores a un pasar indigno, dependiendo de los que tienen la suerte de poder comer.

“Lloró durante 10 minutos cuando le dijeron que consiguió el empleo”. Doña Gloria sí entiende. Y como ella hay miles de paraguayos que viven flotando sobre una tabla en medio de un océano de ceguera social.

Algunos de los que leen esta columna saben de la cantidad de trabajadores estafados en el ámbito privado, que no tendrán jubilación porque los patrones les descontaban el salario pero no aportaban. Y si protestaban iban a la calle. Es toda una generación de adultos que espera la reivindicación antes de morir.

Gracias a la gestión del Ministerio del Trabajo y al aumento de las ferias de empleo realizadas, la cantidad de personas insertadas en empresas privadas comenzó a aumentar.

En el año 2011 el número de trabajadores tomados fue de 261, en el 2012 consiguieron empleo 326 personas, pero en el año 2013 nuevamente la cifra cayó a cero. En el 2014 comenzó el repunte y la Dirección de Empleo colocó a 943 solicitantes en diferentes firmas; en el 2015 los puestos cubiertos fueron 4.061; en tanto que en el 2016 se logró insertar a 5.008 trabajadores. El año pasado, es decir en el 2017, este número alcanzó la cifra de 7.343 paraguayos con nuevo empleo.

Yo no sé si todas las penas se quitan cuando se cobra el sueldo, pero sí creo que el que tuvo hambre mira diferente al hambriento. Se viene un nuevo gobierno y es necesario mantener, incluso potenciar, el acceso a empleos para los ciudadanos.

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