• Por Eduardo “Pipó” Dios
  • Analista

Es fácil escribir con el diario del lunes en la mano, hacer análisis, ver quién ganó y quién perdió. Si bien se habló de una campaña poco efervescente, sí fue una dura campaña en los medios y las redes sociales.

Dos grupos de medios, que entre ambos suman tres diarios, dos de ellos los de mayor circulación, dos radios AM, tres canales de aire y otros tantos de cable, y un sinnúmero de figuras mediáticas, tuvieron una postura jugadísima, sin ningún disimulo, por un sector, la oposición al gobierno y a Cartes y a todo el que osara arrimarse a él. Algunos de esos medios arrancaron hace años y otros, con la excusa de la enmienda, se sumaron con virulencia, tomando posturas que, a decir de muchos, rozaban la falta absoluta de ética, pero igual, no había problemas, siempre que no seas cartista (todo el que no esté absolutamente de acuerdo con ellos recibe ese rótulo de inmediato) podés hacer lo que se te cante.

Los políticos que se embanderaban con esta postura, el anticartismo sin concesiones, recibían aire ilimitado, posibilidad de decir lo que se les venía a la cabeza, sin recibir ningún cuestionamiento o repregunta que pudiera poner en duda cualquier enunciado, no importaba lo descabellado que pudiera parecer. El arco libre.

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No pasaba un día sin extensas entrevistas a los políticos del equipo, Desirée, Efraín, Rafa. No faltaba la denuncia diaria contra cualquier cosa que hiciera o dejara de hacer el "narcogobierno de Cartes". Antes de las internas, los colorados disidentes, del movimiento Añetete, también recibían ese trato amistoso y concesivo. Calé, otrora diablo mayor y enemigo público número uno de ABC, dejó de aparecer en cuanto delirio publicaba el diario para ser un referente intachable. Nicanor dejó de ser lo peor para ser un simpático y locuaz ex presidente, y de Marito hasta se olvidaron de que es el hijo del secretario privado de Stroessner, y si se acordaban, era algo irrelevante y anecdótico.

Por supuesto, después de la interna, y pese a las veladas amenazas de los periodistas más notables de este equipo de "si te acercas a Cartes te vamos a hacer perder" y frases maravillosas similares, el hoy presidente electo entendió lo que hoy quedó bien claro. Estos no le hacen ganar ni perder a nadie.

Y así nomás es la burbuja de la que hablábamos la semana pasada, un mundo donde creen que si tenés 50.000 seguidores en Twitter tenes 50.000 votos, donde porque tu coro de chupamedias aplaude tus sesudas elucubraciones de 140 caracteres, son un influencer político que derroca gobiernos y dicta líneas de pensamiento a las masas. Es un mundo chiquitiiiiito… donde la mayoría no vota ni mueve el culo de la silla, donde una gran parte no firma ni con su nombre, donde se esconden un montón de cobardes que no se atreven a decir lo que piensan con nombre y apellido. Donde el odio y no la admiración es quizás la motivación más común a la hora de seguir a alguien. Justamente el odio, ese odio que destilan los principales derrotados de este domingo pasado, cuya única propuesta fue atacar, insultar, acusar, es el que, fuera de la burbuja, no sirve para gran cosa.

Efraín terminó sumando más votos con lo de la electricidad y el wifi gratis que puteando contra Cartes. Nadie se comió el cuento de la vuelta de la dictadura. Las propuestas millennials de Leo probablemente ayudaron más que los desvaríos de Desirée y sus teorías de conspiración.

La última escena, con los influencers periodísticos explicando a los ciudadanos que "se podía votar cruzado" cuando se viene votando cruzado hace décadas y sobre todo en la interna de los "ignorantes" (sic) colorados y liberales, fue simplemente tragicómico. El cruzamiento terminó siendo prácticamente el mismo que en elecciones anteriores, sin tapas de diarios y prime time de TV.

Deberían los medios volver a la tarea de informar y los periodistas de opinión a expresarlas en sus columnas de una forma razonable. Sobre todo no deberían ponerse el título de ecuánimes cuando no lo son, o de informadores cuando informan de manera descaradamente tendenciosa.

Marito es presidente, Cartes es senador, entre colorados y liberales tienen 2/3 del Senado y mayoría absoluta en Diputados. La única verdad es la realidad.

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