- Por Jaime Egüez
- Director del Club de Ejecutivos
Ante uno de los momentos más importantes para la existencia de una República, como la de nuestro país, ante una coyuntura y un nivel de exigencia de análisis de las consecuencias de la elección hecha, no me queda otra alternativa que preguntarme dos cosas: a) ¿Hemos entendido los paraguayos que votamos una visión y, por ende, un curso de acciones del cual dependeremos todos en los próximos cinco años? b) ¿Hay una conciencia cívica de que luego del domingo todos tendremos que apuntalar de algún modo u otro el cambio y la mejora de este país "independientemente" del resultado final?
Pero no nos engañemos, las políticas públicas de alto impacto vienen desde la profundidad del corazón de cada candidato… Es lo que cada uno considera importante en su visión como ser humano. Y ante esto solo me queda preguntar si la gran mayoría de los votantes tiene el discernimiento suficiente para determinar qué es demagogia y qué es compromiso personal de cada uno. Una pequeña clave para los lectores… Miren la historia de resultados de cada candidato. Sus acciones, dónde ha intervenido, sus posturas, cuánto ha entregado al servicio de la comunidad, cuánto ha construido sobre la base del respeto a las instituciones, a la constitución, a sus pares. Analicen si ha podido tener carácter para mantener y defender una posición ética o institucional.
Hemos llegado tan lejos que todos piensan que su interés particular siempre está sobre el interés general. Y aún más, sobre cualquier decisión de una institución de la República. Dejemos de entender que el éxito de un país se basa en el milagro de una sola persona: ¡el presidente! Los liderazgos son importantes, pero la suma de labores es lo que cambia las culturas.
El enemigo común debe ser el de cambiar los vicios naturalizados que hemos aceptado que crezcan en nuestra sociedad. Y ello no tiene nada que ver con los gobiernos que nos han dirigido. Dejemos de endilgar la responsabilidad al gobernante de turno. Usted señor ciudadano es responsable de cambiar este país para algo mejor. Y este domingo será el primer acto voluntario y soberano para su protagonismo, siempre que decida con discernimiento y responsabilidad el futuro de la patria.