• Por Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
  • MBA

El Gobierno nacional, a través de la cartera de Hacienda, concretó hace algunos días en Nueva York la colocación de bonos soberanos por un valor de 530 millones de dólares, siendo la sexta emisión realizada por el Tesoro de la Nación desde el año 2013.

La ministra de Hacienda ha señalado que el proceso fue cerrado con éxito en los Estados Unidos. "Paraguay demuestra una vez más la solidez de su economía", aseguró la secretaria de Estado a través de su cuenta en la red social Twitter.

En este sentido, especificó que los bonos colocados fueron por valor del monto arriba mencionado, a 30 años de plazo, a una tasa de 5,6%, menores que la colocación anterior a idéntico plazo en el 2014, que ha sido del 6,1%, habiendo pujado por los mismos unos 180 inversionistas con un nivel de demanda 5 veces mayor a la esperada inicialmente.

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Como estaba previsto, el 50% del total de esta colocación será destinado al repago de deudas contraídas con anterioridad.

Con esta nueva emisión de bonos soberanos, la deuda global a nivel país asciende a US$ 3.410 millones y si le agregamos la deuda interna dan un monto global de US$ 7.198 millones, equivalentes a un poco más del 24% del PIB.

En tanto, las reservas internacionales netas a la fecha superan los US$ 8.100 millones habiéndose incrementado en 1.000 millones de dólares en el último año.

Desde el punto de vista macroeconómico, nuestro país continúa mostrando buenos indicadores, con niveles de inflación controlados y de reservas internacionales que superan ampliamente el total de nuestro endeudamiento externo, lo cual nos otorga "un colchón" muy razonable, lo que hace que a la fecha seamos uno de los países con una menor relación deuda externa vs. PIB dentro de toda la región.

Si bien es dable destacar que prácticamente el 80% de lo generado por las emisiones de bonos soberanos han sido destinados por el MOPC a diversas obras de infraestructura a nivel país, el gran desfase/atraso que se observaba de décadas, parecería que a pesar de que se ha venido avanzando en varios frentes, todo lo hecho en estos 4 años y un poco más de gobierno resulta insuficiente.

Justamente la carencia de una infraestructura adecuada a nivel país se constituye en uno de los factores primarios que limitan nuestros índices de competitividad regional, lo cual nos demuestra que se deben continuar con las obras en todo el país, pues si es que pretendemos seguir avanzando y ser razonablemente competitivos no cabe otra más que seguir incrementando nuestros niveles de endeudamiento externo destinado a obras de infraestructura. De lo contrario, volveremos a estancarnos si es que no recurrimos a estos tipos de financiamiento, dado que a nivel local los recursos generados por el fisco son harto insuficientes y hasta ahora se llevan más del 75% los gastos rígidos (sueldos y otras remuneraciones de los servidores públicos), por lo que urge una reingeniería de racionalización de la superpoblación de funcionarios que hoy día superan de lejos los 250.000 en los tres poderes del Estado para un país pequeño como el nuestro con una población menor a los 7 millones de habitantes.

Es hora de que se le dé lugar a la calidad y no a la cantidad. Tenemos demasiados funcionarios con una visible falta de actitud y aptitud, sin meritocracia, capacidad e idoneidad como para poder desempeñarse en forma eficiente y que se llevan mes a mes una gran parte de los montos pagados por la ciudadanía con mucho sacrificio en concepto de impuestos y otros tributos, no dejando ya casi margen para inversiones en salud pública y educación.

Grado de inversión de la calificación de riesgo país

El gran nivel de aceptación que han tenido de nuevo los bonos soberanos emitidos en los EEUU, donde los inversionistas son muy exigentes y sopesan hasta los mínimos detalles antes de tomar su decisión de compra, nos demuestra que Paraguay sigue siendo un país confiable, por lo que el máximo esfuerzo se deberá hacer en lo que resta de este año por lograr el ansiado grado de inversión, lo cual nos permitirá poder pagar incluso menores tasas de interés a los inversionistas al reducirse el riesgo país, y la posibilidad de que más empresas extranjeras vengan a radicar sus capitales a fin de poder expandir cualitativa y cuantitativamente nuestro desarrollo económico y que permitan seguir generando nuevas fuentes de trabajo, en donde la demanda supera ampliamente a la oferta, dado el bono demográfico de gente joven menor de 30 años que incluso casi es superior al 70% de la población actual de nuestro país. Si bien nuestro crecimiento económico promedio anual es del 4%, hasta ahora no ha permeado en el nivel esperado en nuestra microeconomía, que es la más necesitada.

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