• Por Dany Fleitas
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En esferas de Alianza Ganar sorprendió el pronto abrazo republicano entre el presidente Horacio Cartes, líder de Honor Colorado, y el senador Mario Abdo Benítez, líder de Colorado Añetete y hoy candidato a presidente de la República del Partido Colorado. Cuando menos se esperaba entre los opositores, se produjo el encuentro en Mburuvicha Róga entre los líderes más importantes de la ANR, cuando faltaban pocos días para finalizar el año que se fue.

¡Qué ilusos! A la oposición podrá sorprender tan rápido acercamiento, pero para los colorados es natural y hasta tradicional la unidad de todas las facciones luego de unas internas por más "sangrientas" que hayan sido. En comparación a otras primarias anteriores, de elección de candidaturas a presidente, vicepresidente, legislaturas y gobernaciones, las del 17 de diciembre fueron las más tranquilas que hemos visto en la historia de esa centenaria nucleación. Si bien se han dado algunas fricciones y "fuego cruzado", no han sido cruentas como las primeras post caída de la dictadura de Alfredo Stroessner. En esta ocasión no pasaron de ser "roces" y "caricias" verbales. Era evidente que ese abrazo sobrevendría "al toque".

Muchos, principalmente los tradicionales rivales de la Lista 1, pegaron el grito al cielo porque el ganador a presidente de las últimas internas coloradas fue hasta la residencia oficial a acordar la unidad colorada de cara a las elecciones generales de abril de este año. En realidad, lo que llamó la atención fue el momento en que se hizo este encuentro, considerando que prácticamente todo el país estaba atento al debate sobre los famosos audios de tráfico de influencias.

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En carpas liberales y de la facción de izquierda creyeron que ese escándalo, que motivó la salida de Óscar González Daher y de Jorge Oviedo Matto del Senado, sería para Marito una barrera –al menos de momento– como para pretender iniciar un pronto diálogo y que ese abrazo no iba a darse todavía. Quizá esperaban que ese abrazo republicano no se dé para dar tiempo así a la Alianza Ganar para organizarse y trabajar mejor en una estrategia que apunte a la división colorada y a la captación de la mayor cantidad de votos republicanos posibles.

Acá, en realidad, el que no corre vuela. Marito sabe perfectamente que tiene muy poco tiempo para hacer campaña –poco más de 90 días–, por lo que esa reunión debía darse lo más pronto posible, al margen de los problemas colaterales del Senado y del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Sin importar qué digan, obró en base a los intereses superiores de la ANR, que es mantenerlo en el poder. Todos los colorados lo festejaron. No vi ni escuché una sola voz de protesta en el ruedo republicano, lo que preanuncia que los seguidores del partido fundado por Bernardino Caballero van a ir a esta lucha de abril bien agarrados de la mano.

Cartes y Marito fueron consecuentes con la historia y los intereses del Partido Colorado. Con tan poco tiempo para hacer campaña, sabían que no hay tiempo que perder para salir a conquistar y seducir a 4,2 millones de potenciales electores. Saben que, "unidos", los colorados tienen una gran chance de seguir en el poder.

El PLRA y el Frente Guasu vuelven al ataque aliados para enfrentar a la maquinaria electoral colorada, con una dupla Efraín Alegre-Leo Rubin. A juzgar por los actores del entorno, esta oferta electoral es prácticamente la misma que aquella chapa Efraín Alegre-Rafael Filizzola de 2012-2013 aunque con diferente olor. Alegre es un político sumamente grotesto y desagradable. Para peor, carga sobre sus espaldas una pesada cruz de hechos graves de corrupción en el MOPC y está denunciado ante la Fiscalía por el uso de fondos estatales del subsidio partidario de manera irregular para beneficio personal. En esta oportunidad busca compensar sus falencias con un hombre de "familia mediática" como compañero. Sin lugar a dudas, su estrategia de campaña se centrará en resaltar su papel como presidente del PLRA en los hechos de marzo de 2017, alzará como bandera de lucha el nombre de Rodrigo Quintana y atacará a Marito por su único lado más débil, provenir de una familia con pasado estronista.

Las próximas elecciones serán dignas de alquilar balcones, no solo por sus protagonistas, debates ideológicos y propuestas programáticas de gestión de dos modelos diferentes, sino también porque de sus resultados dependerá que Paraguay escriba la nueva historia de haber ingresado a la lista de países en democracia plena. Esperemos que así sea.

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