Santiago, Chile | AFP |

La justicia chilena ordenó a la Iglesia católica pagar una indemnización de 300 millones de pesos (unos 450.000 dólares) a las víctimas de abusos sexuales del exsacerdote Fernando Karadima por "daño moral", informó este miércoles el Poder Judicial.

"Caso Karadima: Corte de #Santiago acoge demanda contra iglesia católica y ordena pagar 100 millones a cada uno de los demandantes" (unos 150.000 dólares), que son James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz, informó el Poder judicial en su cuenta de Twitter.

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En el fallo, de carácter unánime y que revoca una sentencia de 2017, "se declara procedente la acción indemnizatoria", por concepto de "daño moral" contra los tres demandantes.

Fernando Karadima, un exinfluyente religioso, formador de varios obispos y con mucho prestigio en la alta sociedad chilena, fue expulsado del sacerdocio el año pasado. En 2011, el Vaticano lo había condenado por abuso sexual a menores y relegado a una vida de oración y penitencia.

La Justicia chilena, en tanto, declaró penalmente prescrita la causa en su contra.

La sentencia judicial de este miércoles considera que la Iglesia fue negligente al no investigar las denuncias de abusos expresadas por las tres víctimas de Karadima, pero establece que "no hay prueba alguna que logre acreditar la hipótesis de encubrimiento o complicidad", por parte del exarzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, removido el sábado pasado de su cargo por el Vaticano, y del cardenal Francisco Javier Errázuriz.

"Ni el señor Ezzati ni el señor Errázuriz tuvieron conocimiento de los abusos cometidos en contra de sus representados", dice el documento judicial, en el cual sin embargo se los acusa de "no investigar las denuncias que las víctimas pusieron en conocimiento".

Los tres demandantes de Karadima abrieron en 2010 una caja de pandora que sacó a la luz pública una “cultura de abusos” en la Iglesia chilena, que replica los escándalos de pederastia protagonizados por el clero en países como Estados Unidos o Australia.

Casos abiertos

La justicia en Chile tiene abiertos 158 casos vigentes, con 219 personas investigadas y 241 víctimas, de las cuales 123 eran menores de edad al momento de ser abusados.

El removido Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, a quien este sábado el papa Francisco aceptó su renuncia, afirmó que deja el cargo con la “frente muy en alto” pese a la investigación como encubridor de abusos sexuales que enfrenta.

"No basta con que a uno le digan que es encubridor, hay que probarlo y yo estoy con la frente muy en alto", dijo Ezzati, en una declaración a la prensa horas después de que se conociera la decisión del Vaticano de aceptar la renuncia que presentó en mayo de 2018, junto a todos los obispos de Chile, en medio del escándalo de abusos sexuales.

En el ojo de la tormenta

Ezzati permanecía en el ojo de la tormenta por denuncias de encubrir los abusos sexuales de varios sacerdotes, investigadas hoy por la justicia, que recién este viernes rechazó una petición de su defensa para sobreseerlo de los cargos.

El cardenal también fue acusado recientemente de desoír la denuncia que realizó un hombre de 43 años, que afirma haber sido violado al interior de la Catedral de Santiago por el sacerdote Tito Rivera, a quien el arzobispado pidió al Vaticano expulsar del sacerdocio.

En cuanto a la recepción de denuncias, "les puedo decir con la frente en alto que todas las denuncias que han llegado a la oficina de denuncia, todas ellas han sido investigadas o lo están siendo", dijo Ezzati, el más alto dignatario de la Iglesia católica en el país.

"El Arzobispado ha tenido las puertas abiertas", agregó.

Pero para una de las víctimas de abuso sexual, la remoción de Ezzati es una "decisión tardía" e "insuficiente", según dijo a la AFP el médico Jaime Concha.

"Es una decisión tardía. Esto debería haber sucedido un año atrás", afirmó Concha, abusado durante su niñez por religiosos de un colegio administrado por la Congregación de Hermanos Maristas.

“Sacando a Ezzati del Arzobispado no se termina con el encubrimiento del abuso en Chile. La justicia chilena tiene que seguir adelante, porque para que haya sanación tiene que haber justicia y reparación”, agregó.

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