Desde la lucha de Bessie Smith, la defensa de Madonna por la libertad sexual y hasta la tan cuestionada militancia de Beyoncé. Aquí, las voces que cantaron por la mujer e hicieron historia.

Por: Micaela Cattáneo

El otro día leía en letras de Pilar Ramos López, autora de Feminismo y música: Introducción crítica, que las canciones de Ma Rainey y Bessie Smith, ambas intérpretes de blues entre los años 20 y 30, sirvieron como preparación histórica para un tipo de protesta social. "Estas mujeres hicieron posible un espacio cultural donde se construía la noción de comunidad entre las trabajadoras negras", escribe la escritora.

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Smith, a diferencia de Rainey, se inclinaba hacia un estilo más popular, dando voz a temas como las condiciones sociales de la comunidad negra, la falta de oportunidades a los menos favorecidos, las injusticias de clase y raza y la situación laboral de las mujeres de color. A washer woman's blues es un himno que proyecta la melancolía de las historias que les tocaban vivir en aquella época.

En cambio Rainey, de corazón clásico, cantaba las palabras de forma directa, con sonidos elegantes pero sin dejar de lado la dureza del mensaje. "¿Why do you treat your gal that way?" (¿Por qué la tratas de esa manera?), repite en la primera estrofa de Black Eye Blues, uno de sus tantos temas sobre violencia de género. "Las mujeres no sólo han tenido un papel fundamental como intérpretes, sino también como referencias para el feminismo negro", reflexiona Ramos en su libro.

Pero a sus títulos de intérpretes y referentes, hay que sumarle el que históricamente tendría más importancia: influyentes. Ambas encabezaban la lista de artistas de preferencia de una Janis Japlin adolescente; inspiración para que la cantante del rock de los 60 diera el sí definitivo a lo utópico de "dedicarse a la música".

Que de fondo suene en su honor Woman is losers, la recordamos de pie y con aplausos por la impecable ironía con la que manejaba sus canciones; por el simple hecho de no corresponder a los estereotipos que la sociedad esperaba de ella como artista. Por ir contracorriente y por dejarnos el legado de cómo hacerlo, por su eterno rock and roll; por eso, el feminismo la aplaudirá siempre.

Una decáda más tarde, la escena de este género estaría representada por otra de apellido Smith: Patti. El punk y la lucha por los derechos de la mujer fueron la combinación perfecta para que su voz se haga escuchar en todo el mundo. Creó verdaderas poesías sobre la liberación sexual femenina y no se le escapó la crítica social y política. Para leerla sólo basta un play a Gloria y a Horses, revoluciones que hasta ahora suenan fuerte.

Pero de melodías feministas que cambiaron e hicieron historia, Aretha Franklin, la estrella de soul de los 60, es una auténtica líder. Asegura no ser muy buena oradora, pero desde su piano dio notas a sólidos discursos que exigían respeto hacia la mujer. Su versión de Respect es un claro ejemplo de que ella no excluiría su potente voz de la lucha por la liberación femenina (El mundo no será el mismo cuando ella deje de cantar).

A propósito de libertad y revolución sexual, el tan cuestionado álbum Erotica (1992) de Madonna es una de las joyas que la cantante pop herderó a la música. "Se permite que los hombres te traten como un objeto y vestirte como una prostituta, pero no que seas dueña de tu propia sexualidad o que hables abiertamente sobre tus propias fantasías sexuales", recitaba la artista tras recibir el premio "Mujer del año" meses atrás.

Pero eso de "cantar el feminismo" (como bien lo indica el título) no es propósito inicial de toda aspirante a la música. Hay quienes adoptan el mensaje una vez consolidadas sus carreras. Lo adoptan con el tiempo, de una forma distinta, pero lo adoptan al fin. Beyoncé, claramente, está en ese grupo.

De la noche a la mañana, la recientemente ganadora del Grammy al Mejor álbum urbano contemporáneo por Lemonade empezó a dar lecciones de feminismo moderno en sus canciones. Desde el intenso Run the World, donde intenta sumarse al empoderamiento de la mujer, pasando por Pretty Hurts, donde reprime todo lo que alguna vez practicó y hasta un cargado Hold Up, donde repudia el maltrato a la mujer. La necesaria pregunta del millón: ¿Es realmente feminista Beyoncé? Hay diferentes puntos de vista al respecto.

El término "adoptar" puede resultar un poco exagerado en algunas artistas que sólo hacen eco del movimiento en una o dos de sus canciones, pero que aún así son dignas de este análisis que defiende el valor moral de la música: Alicia Keys en Superwoman, Gwen Stefani en Just a Girl, Shania Twain en Man, I Feel Like a Woman, Bebe en Malo, entre otras. Asimismo, Latinoamérica ensalza la bandera feminista con el rap de Rebeca Lane, lo justiciero de Camila Moreno y el girl power de Mon LaFerte.

La última en subirse al escenario es Amanda Palmer, compositora y cantante estadounidense, considerada como una de las "artistas que no nos mienten cuando nos dicen que son feministas" (y es que sí hay quienes figuran serlo). La autora de In my mind lo dejó en claro cuando escribió una canción al diario Daily Mail en respuesta a una crónica sexista que este había hecho tras su presentación en el Festival de Glastounbury en el 2013. No cabe duda: La música es para valientes, el feminismo también.

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