Pamela Sánchez es una profesional peruana que heredó la pasión culinaria y proyectó su vocación en dirección al marketing y gerenciamiento de proyectos. Fascinada con la gastronomía paraguaya, planea posicionar nuestros platos a nivel internacional.

POR: ALBERTO CASTRO. FOTOS GENTILEZA PAMELA SÁNCHEZ.
Foto: Gentileza[/caption]

Inquieta, perseverante y entusiasta en los trabajos que la ocupan en su papel de administradora de empresas, el universo de Pamela Sánchez gira en torno a la gastronomía y el gerenciamiento de proyectos del rubro culinario. Desde su pasión temprana por la comida típica del Perú, su país, potenció el conocimiento y emprendió un camino jalonado de matices ante cada desafío, viajando de Lima a Nueva York, de Carolina del Norte a Florianópolis, foguéandose en bares, restaurantes, trabajando bajo presión en la cocina o desde la jefatura de Logística y Rutinas Administrativas. Pero siempre, con un proyecto siguiente dando vueltas en su cabeza.

-Pamela Sánchez, ¿cómo te presentamos?

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-Me considero una luchadora antes que profesional, todo lo que soy hoy en día lo logré gracias a mucha disciplina, no siento que sea más inteligente que mis colegas del sector Planificación ,pero sí aposté por mis ideales y nunca desistí, eso me hace diferente.

-La pregunta de rigor es cómo se despertó tu interés o pasión por la cocina. ¿Cuándo apareció la varita mágica? ¿Hay una anécdota especial por ahí que enriquece o le da color a tu historia?

-Mi interés viene de mi cultura, en Perú somos curiosos, desde pequeños queremos aprender a cocinar nuestras comidas típicas, más en mi caso, donde estuve rodeada de mi familia que tenía restaurantes y bares en Lima (Perú). Ya cuando me tocó decidir qué quería estudiar no lo dudé. Hice Administración y lo orienté a Hotelería y Turismo. Quería estar inmersa en ese mundo donde la calidad y los detalles son esenciales. Llevé cursos de cocina en la universidad como parte de mi aprendizaje, ya que una persona no puede dirigir un equipo de cocina o un restaurante sin saber cocinar, hubo momentos en que eso me daba ventaja frente a mis colegas, ya que mi empeño por querer todo bien hecho hacía que yo misma diera charlas sobre calidad de alimentos y logística en los almacenes de restaurantes.

-¿Puedes resumir, a manera de reseña, tu travesía en el mundo culinario, los inicios, tus experiencias más fuertes, desafíos por superar y logros que ya emergieron de tu profesión? Y obviamente, los planes a futuro.

-Realmente ha sido toda una aventura, comencé como ayudante de mis tíos a dirigir algún sector de sus negocios. Después, yéndome de mi país buscando oportunidades en Estados Unidos, fui contratada en un restaurante en la avenida Broadway en Manhattan-New York. Al volver con toda esa experiencia internacional probé suerte, antes de terminar mi carrera de la universidad, y postulé a un restaurante 5 tenedores nuevo en Lima. Su temática era distinta a todas y fue eso lo que me hizo de cierta forma quedarme ahí. Un ambiente joven, comida fusión con ingredientes de temporada orgánicos y sustentables, decoración con bases en el reciclaje. Para mí fue el punto clave de mi carrera, no solo aprendí de esta nueva corriente, sino también a ser líder de equipo.

-Y fuiste ascendiendo…

-Comencé pasando por cada área inspeccionando el bien funcionamiento. Y al final llegué a ser la jefa de Logística y Rutinas Administrativas. Fatalmente perdí a mis jefes en un accidente en el máximo apogeo del restaurante. Eran mis amigos de corazón. Volví después de un viaje más al exterior a Carolina del Sur (Estados Unidos), trabajé en el área de Room Service del único hotel que puede ostentar tener 7 diamantes. Y al volver al Perú y a este restaurante orgánico en Lima ya nada era lo mismo sin mis jefes, así que decidí seguir andando por el mundo y aprendiendo envuelta en nuevos retos.

-Ahora en Brasil…

-Ahora estoy aquí en Brasil, hice mi maestría y pronto iré a seguir recorriendo y lograr hacer diferencias en la vida de mis clientes, personas que invierten en nuevos proyectos y que quieren hacerlo bien. Les brindaré toda esa experiencia para motivarlos a seguir luchando por sus sueños.

-Actualmente estás en Florianópolis, cuéntanos acerca de los proyectos que estás liderando, dónde ocupas tu tiempo profesional. Tengo entendido que eres administradora de un restaurante de comida peruana y acentúas mucho en la visión marketinera y emprendedora, de cara a lo que asocie o englobe tu trabajo.

-Vine aquí e ingresé directamente a trabajar con un proyecto de crear la única franquicia peruana en la isla de Florianópolis. Soy una persona que no le teme a lo nuevo y menos a los cambios que puedan surgir. Lo hice, armé el equipo con personas que yo misma escogí, más otras que habían sido elegidas por los inversionistas y coordinamos darle seguimiento todo el tiempo que se pueda.

He estado con ese proyecto durante casi todo el tiempo que estuve aquí (en Florianópolis) y, paralelamente, siendo consultora en restaurantes italianos, japoneses y pequeños negocios emergentes como heladerías y cafeterías en la vía Gastronómica de Coqueiros, aquí en Florianópolis.

Si bien es cierto me siento ya realizada en lo que me gusta hacer, que es ser consultora, también busco nuevos mercados donde pueda aportar mis ideas y hacer una diferencia a niveles económicos de mis clientes y consecuentemente del país donde estoy.

Sí me considero una profesional en marketing, ya que ya hice campañas para el restaurante donde trabajé, en sus dos sedes. En el restaurante franquicia peruana aquí básicamente hacía el control de Areas, Almacén Logístico y Administración.

“QUE LA GASTRONOMÍA PARAGUAYA SEA RECONOCIDA MUNDIALMENTE”

Pamela Sánchez emprende nuevos horizontes y asoma Paraguay entre sus proyectos a corto y mediano plazo. "Ahora estoy a punto de emprender mi viaje a Paraguay donde quiero dar todo de mí para lograr que su gastronomía tan rica sea reconocida entre una de las mejores del mundo. Ese es mi plan actualmente", adelantó.

-Próximamente estarás por Paraguay. ¿Ya conoces nuestro país? ¿Cómo se da ese vínculo o motivación para estrechar culturas gastronómicas? ¿Puedes decirnos qué deparan tus pasos por estos lares?

-Bueno, la primera vez que fui a Paraguay fue en el 2011 y realmente no sabía nada de su cultura y lo delicioso de sus comidas. El vínculo mío con Paraguay se intensificó por amistades y se estableció a lo largo de los años mientras descubría más y más cosas interesantes sobre el país. Paraguay tiene mucho potencial y me siento tentada a permanecer en Paraguay e impulsarlo en este sector.

Ya tengo formado un grupo de profesionales y dueños de restaurantes en el sector en Paraguay, con quienes estamos en conversaciones para ver qué posibles proyectos podríamos hacer y en marketing, por supuesto, apuntalar internacionalmente a la gastronomía. Senatur, como ente, está haciéndolo superbién.

-¿Qué sabes o escuchaste hablar sobre la cocina paraguaya? ¿Existe un menú con la misma receta que en el Perú se conoce con otro nombre? Más allá de que a los anticuchos acá le decimos asadito, a la yuca le llamamos mandioca y se observa cierto parentesco entre los tamales y la chipa so'o y/o chipa guasu

-La cocina paraguaya para mí es una cocina que tiene legado y eso la hace muy valiosa. No hay nada parecido entre la cocina peruana y la cocina paraguaya, es por eso que cada gastronomía puede destacarse individualmente y ser exitosa.

Los anticuchos son hechos de carne de corazón de res en especias y cremas de pimienta peruana acompañados de papá y salsas, hechas de hierbas aromáticas culinarias, mientras que el asadito es una preparación diferente y, definitivamente, el sabor es bien particular también. Por fuera se puede llegar a confundir, pero el paladar los podrá identificar fácilmente. Los tamales no solo son del Perú sino de América Latina. Se hacen de choclo molido con relleno de alguna carne envuelto sus hojas. Y el sabor entre los dos difiere por su preparación.

A pesar de contar con el ingrediente principal que sería el choclo, la forma en que se cocina la chipa cambia todo el producto final haciéndolo único. Solo me di cuenta de eso habiendo saboreado estos ricos platillos.

-El maíz destaca mucho en la genética alimenticia de los peruanos. Inclusive se apuntó más de una vez que los incas conservaban hasta la vejez su buena dentadura precisamente gracias a los granos de maíz.

-Así es, pero no solo el maíz hizo que se lograra ésto, sino la dieta en general que se llevaba en el antiguo Perú, la cual era a base de productos como el maíz en sus diferentes especies y colores, incluyendo nuestro maíz morado, único en el mundo. Sus papas nativas que tienen alrededor de 3.000 especies.

Los productos cárnicos, como la de cuy o llama, son de la época donde aún no habían vacas, ya que éstas llegaron con los españoles. También la quinua, nuestro cereal andino marca un gran valor energético. Y varias especies de plantas culinarias que se utilizaban para agregarle consistencia a las preparaciones.

-La leyenda culinaria oriental afirma con alta dosis de subjetividad que la comida conlleva el espíritu del cocinero al prepararla. ¿Crees que hay una suerte de transferencia de estado de ánimo que va de la cocina a la mesa? ¿Si alguien cocinó con alegría, pueden contagiarse las sensaciones al comensal?

-En mi opinión, cocinar para alguien es una forma de transmitir amor, pero no necesariamente por la persona sino por lo que uno hace. En un restaurante se percibe en los sentidos el amor que el chef le pone a cada uno de sus platillos, su pasión y entrega por ver satisfecho a su comensal, las ganas de acercarse a su mesa para explicarle el plato cómo fue creado o qué elementos tiene que lo hace tan particular. Cada platillo es una obra de arte. Y las obras de arte te mueven los sentidos por más que el autor no te conozca al final.

-¿La comida entra por los ojos, accede por el olfato o, en definitiva, el paladar es el juez?

-Siempre he pensado que todo nuestro sistema está involucrado desde que la cocina se volvió un arte, ya no es el simple acto de restaurar sino también un ritual que involucra no solo a la persona que está degustando y sus sentidos, sino también a los que comparten la mesa con él y, por supuesto, al que hizo el platillo. Es innegable que la primera impresión entrará por los ojos, luego el olfato, después el gusto y así sucesivamente.

Pero es un conjunto que logra que un plato de restaurante sea el plato estrella. Y éste último no necesariamente es el plato más caro de la carta.

GERENCIA DE PROYECTOS

Pamela Sánchez es administradora de empresas, egresada de la Universidad de San Martín de Porres (Perú). Se ha especializado en Turismo y Hotelería y, por otra parte, está concluyendo su maestría en Gerencia de Proyectos. Pamela está radicada desde hace unos meses en Florianópolis (Brasil), donde se encuentra gerenciando los proyectos de algunos restaurantes peruanos que trabajan con el pisco.

DIVERSIDAD

La Gastronomía del Perú es de las más diversas del mundo y, según varios entendidos, alcanza un nivel equivalente al de la comida francesa, china e hindú. En la comida peruana prevalecen influencias preinca, inca, colonial y republicana.

Se consideran casi tres siglos de aporte culinario español, (influenciado inicialmente por 762 años de presencia musulmana en la Península Ibérica), las costumbres gastronómicas traídas por esclavos situados entonces en la citada península, aquellos provenientes de la costa atlántica africana y también la fuerte influencia de los usos y costumbres culinarios de los chefs franceses que huyeron de la revolución en su país para radicarse, en buen número, en la capital del virreinato del Perú.

Igualmente trascendental es la influencia de los chinos-cantoneses, japoneses, italianos desde el siglo XIX y otros europeos (emigrados al Perú entre los siglos XIX y XX). Como particularidad exclusiva de la gastronomía del Perú, existen comidas y sabores de cuatro continentes en un solo país y, esto, desde la segunda mitad del siglo XIX.

Las artes culinarias peruanas están en constante evolución y esto, sumado a la variedad de platos tradicionales, hace imposible establecer una lista completa de sus platos representativos. Cabe mencionar que a lo largo de la costa peruana existen más de dos mil quinientos diferentes tipos de sopas, asimismo existen más de 250 postres tradicionales.

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