Los veranos en San Bernardino han pasado por varias etapas; cuando en sus inicios era un sitio de unas pocas familias que encontraban allí el aire ideal para descansar en un remanso de paz total.

Pasó luego a convertirse en un verdadero centro de movimiento comercial con el auge de las marcas que realizaban sus campañas publicitarias, el apogeo de discotecas e infinidades de actividades de todo tipo que atraían a miles y miles de veraneantes de todo el país.

Hoy, que Encarnación se ha erigido como el punto central del veraneo en Paraguay, la ciudad del Lago ha vuelto de a poco a convertirse en una villa de descanso de lo más placentero y tranquilo, si bien las actividades culturales, deportivas y sociales siguen su curso, pero con menos frenetismo que antes, recuperando ese mágico encanto para el solaz veraniego en familia, único e inigualable.

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