El pasado 25 de noviembre fue inaugurada, en la ciudad de Cuenca (centro de Ecuador), la edición XIII de la Bienal de Cuenca, que expone obras de 47 artistas en 18 sedes, hasta el próximo 5 de febrero. Entre los participantes, y como única representante de Paraguay, se encuentra la artista, arquitecta y docente Adriana González Brun, cuyo trabajo titulado "El conjuro" (The Spell) se presenta en el Museo de las Conceptas y una parte de esa misma obra en el parque Calderón.
El periódico ecuatoriano El Telégrafo comentó sobre la instalación multimedia que incorpora sonidos y objetos, dimensiones variables; en una nota publicada el 30 de diciembre último, por la periodista Jessica Zambrano Alvarado. En setiembre pasado, el diario El Mercurio le dedicó otro artículo.
Cultura Huancavilca
"En una de las salas, la paraguaya Adriana González Brun proyecta la escultura de un silbato sonoro con detalles propios de la cultura huancavilca, pero a diferencia de la tradicional cerámica con la que se conservan estos objetos que datan de hace 3.000 años, González Brun utiliza un material que simula ser una piel desgastada", reseña El Telégrafo.
Continúa: "Mientras la luz del objeto se proyecta, se escucha una grabación del silbato original, al que basta con ponerle agua en el interior para que suene como tal vez lo hizo cuando lo crearon los habitantes de esta cultura ancestral. La pieza está conectada desde su sonido con la cotidianidad del Parque Calderón. En el espacio más recurrente del centro de Cuenca, la artista paraguaya quiere que la gente vuelva a escuchar su pasado".
"La sonoridad de la pieza convive, dentro del museo, con la música gregoriana que utiliza el catolicismo para sus rituales y, en la calle, con el ruido de una civilización en desarrollo", finaliza.
Silbatos de agua
En la página de la Bienal (www.bienaldecuenca.org) se especifica que Adriana González Brun, nacida en Asunción en 1964 y que reside y trabaja en Paraguay y en Singapur; contó con el diseño de sonido de Carlos Freire y la posproducción de video de Arapy Yegros para la obra "El Conjuro".
El proyecto de Adriana González Brun para la Bienal de Cuenca expresa su interés por explorar el tema de la ausencia/desaparición relacionado al sonido –específicamente, cómo los sonidos ecuatorianos ancestrales han desaparecido de la memoria colectiva–, detalla la presentación en el portal del evento.
De acuerdo a las investigaciones existentes, los silbatos de agua se originaron en lo que hoy se conoce como el Ecuador; los envases más antiguos corresponden a la cultura Chorrera (1500-500 a.C), cultura que expandió su radio de influencia en muchas otras del Ecuador y América, donde se han encontrado numerosos ejemplos de silbatos de agua.
Instrumentos ancestrales
A pesar de que se puede escuchar el sonido del silbato con un simple movimiento del instrumento, estos poderosos sonidos están ausentes de nuestras vidas, ya sea en su forma primigenia o sincretizada en el tiempo. Los expertos no han podido responder a las preguntas respecto a cuándo desaparecieron los sonidos del silbato de agua, a pesar de que otros instrumentos ancestrales se mantienen vivos ya sea en su forma original o adaptada y todavía los podemos escuchar en las fiestas populares, en ciertos ritos populares e inclusive como parte del folklore.
El proyecto de González Brun busca reintroducir estos sonidos en nuestra memoria colectiva, incorporándolos al conjunto de las impresiones acústicas cotidianas del espacio público (el dispositivo sonoro de la obra se transmitió en el Parque Calderón) y explorando la relación entre el sonido y el objeto físico.